Cosa de una noche ( que terminó no siendo de solo una noche)

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Estaba en la barra de aquel bar que mi mejor amiga me había dicho de probar, según ella hacían los mejores martinis de la ciudad y siempre habían chicas guapas para pasar una noche caliente.

Le pedí un martini al bartender y cuando lo recibí di un buche para finalmente darle la razón a mi amiga, este es el mejor martini que había probado en toda mi vida. Ahora solo faltaba encontrar una chica linda con la cual poderme quitar el estrés del trabajo. Soy dueña de una de las empresas más importantes en todo el mundo, debo decir que para lograr eso me hizo falta mucho esfuerzo y dedicación.

Me dediqué tanto al trabajo que ahora que lo tengo todo, soy multimillonaria y famosa, pero me di cuenta que olvidé ocuparme de mi vida personal. Ninguna mujer logró seguirme la corriente, ni acomodarse a mi vida ocupada.

— hola linda...— dijo una rubia hermosa, con unos ojos verdes intensos y un cuerpo imposible de no admirar.

— hola princesa...— le respondí con una sonrisa pícara.

— ¿no vienes aquí seguido...cierto?— preguntó y su risa y manera de actuar me dio a entender que estaba extremadamente borracha.

— no y tu veo que vienes muy seguido— comenté y ella rió de manera ruidosa y casi se cae del asiento, si no hubiera sido porque la agarré a tiempo.— y estás muy borracha —

— ¿lo estoy?— preguntó

— ¿cual es tu nombre princesa?— pregunté.

— E...Elizabeth— dijo apoyando su cabeza en su brazo.

— bueno Elizabeth...¿vienes conmigo?— pregunté

— ¿me raptarás?— preguntó riendo, haciéndome reír a mi también.

— si lo quieres llamar así...pero creo que en ese estado, es peligroso que andes sola en un bar— ella negó con una sonrisa y vi que sus ojos estaban por cerrarse.

— estoy bien...pero si me quieres llevar a tu camita...— rió mordiendo su labio inferior.

Tomé su mano y nos dirigimos hacia mi auto. Luego arranqué el auto y vi como ella comenzó a quedarse dormida, hasta que sus ojitos verdes se cerraron por completo y me di cuenta que ya casi íbamos a llegar a la casa.

Diez minutos después, parquée el carro y la miré viendo que ella debía estar en su quinto sueño. Me bajé del auto y fui a abrir su puerta, luego la moví un poco para que despertara, pero ella no despertaba.

Quité su cinturón y luego intenté pararla. Ella abrió los ojos y se levantó risueña. Cuando estaba completamente estable parada, fuimos a caminar, pero ella puso una mano en su estómago y vomitó. Yo sostuve su pelo y cuando ella se recuperó, la ayudé a llegar a la casa y luego cuando entramos encendí la luz y ella se quejó de aquello.

— ey...vamos a mi cama, ahí dormirás— le dije y ella rió.

— ¿y'a podemos coger? — preguntó

— en ese estado no creo que sea correcto, princesa —

Fuimos a mi cuarto y ella se tiró en mi cama, yo fui a ayudarla a acomodarse y cuando lo intenté ella me jaló quedando yo sobre ella. Nuestros rostros a pocos centímetros el uno del otro.

— eres una princesa traviesa...— le susurré al oído y ella rió mordiendo su labio inferior.— espero que no tengas deberes mañana porque no vas a poder caminar.—

Le arranqué la ropa, rompiendo ciertas prendas y dejándola completamente desnuda hasta que pude ver ciertos moretones en este.

— ¿quien fue el estupido que te hizo esto?— pregunté y ella quitó la mirada de su cuerpo.

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