Y ahí la vi, en los casilleros de la escuela, en esos pasillos oscuros que solo brindaban tristeza, pero ella era una estrella andante, ella le daba la luz necesaria para que todos la pudiéramos notar.
— ey — dijo mi mejor amiga a mi lado y yo la miré, pero el brillo en mis ojos aun no se iba. — deja a esa niña mimada por dios —
— es Lizzie —
— y Lizzie es una niña mimada—
— claro que no...— dije volviendola a mirar.
— no te sugiero andar con ella — dijo Lisa recostada en el casillero al lado del mio— es la mejor amiga de mi hermano y te digo yo que la conozco bien, esa chica solo va a jugar contigo—
— mhm...— asentí sin prestarle atención.
— Luisa — dijo mi amiga llamando mi atención — promete que no te meterás con Elizabeth — yo fruncí el ceño.
— no me voy a meter con ella por dios— dije negando y Lisa elevó una ceja— lo prometo, ¿feliz?— ella suspiró y la campana sonó, por lo que Lisa entró a su clase, pero yo tenía algo más por hacer.
Mis pies se movieron hacia la clase del fondo, esa a la que nadie entraba, muy pequeña y vieja, estaba por ser renovada. Entré y ahí la vi a ella, sonriente esperándome.
— sabía que vendrías — susurró mordiendo su labio inferior.
— Lisa me hizo prometer no meterme contigo —
— y aquí estas — afirmó Elizabeth.
— y aquí estoy...— susurré.
Ella se paró de la silla y me empujó contra la pared sacándome un buen susto. Empezó a besar mis labios con hambre y deseo, como si fuese una hiena hambrienta que no come hace días. Sentí una de sus manos ir hacia mis muslos, debajo de mi corta falda.
— escúchame bien niña, quiero que te mantengas callada, ¿si?...vas a ser una buena niña y vas a guardar silencio mientras te como completita—
— creo...creo que puedo hacer eso— dije entre gemidos y escuché su risita coqueta.
Sus besos fueron a mi cuello, chupando mis puntos débiles y dejando marcas que luego tendría que cubrir con maquillaje. Sus manos viajaron por todo mi vientre y llegaron a mis senos, ese día no llevaba sujetador y ella al notarlo sonrió mirándome con una luz en sus ojos que nunca había visto. Empezó a estimularlos y finalmente decidió utilizar sus manos para atravesar el delicado camino de mis muslos a mi zona empapada, excitada queriendo recibir aunque sea un poco de su toque. Uno de sus dedos comenzó a explorar mi clitoris haciendo círculos que me dejaban ver las nubes.
— Eli...Eli porfa—
— ¿que quiere mi princesa?— preguntó
Mi mano fue a su cabeza casi empujandola hacia mi zona y ella sonrió, pero hizo caso y casi al instante sentí su lengua saboreando mi clitoris con deseo, dando incluso a veces algunos mordiscos haciéndome dar saltitos que hacían que Elizabeth me sujetara de la cintura para quedarme quieta.
Mis manos siguieron haciendo presión en su cabeza, necesitaba sentirla en lo más profundo de mis entrañas, quería llegar en su rostro y verla tragarse cada gota de mi orgasmo.
Sentí un dedo entrar mientras su lengua seguía en mi clitoris y mi lloriqueo se escuchaba en el lugar, pero no era importante, nada era importante en este momento. Solo ella y yo.
Mis caderas se movían, queriendo mas fricción, queriendo mas de su toque. Estaba desesperada por ella y se veía por cómo actuaba. Sentí un segundo dedo y una de mis manos fue a mi boca para tapar el chillido que estaba a punto de soltar. Las lágrimas salían de mis ojos mientras mis gemidos eran callados por mi mano que seguía tapando mi boca.
Al tercer dedo, mi mirada se había vuelto borrosa. Todo daba vueltas mientras sentía como estaba a punto de colapsar de tanto placer. Y cuando al fin mi orgasmo salió disparado en su rostro y boca, yo no pude evitar pero soltar un gemido lo suficientemente alto como para alarmar a Elizabeth quien me miró aterrada.
— Luisa!— dijo y yo tapé mi boca y la sentí separarse— nos pueden descubrir! —
— eso...eso que importa ahora Elizabeth —
— si nos descubren me echan de la escuela y para alguien como tú, eso no es importante, pero para mi si ! —
— ¿que quieres decir por alguien como yo? ¿Por eso no quieres que nadie sepa de nuestra relación? ¿Porque te avergüenzo?—
— ¿que relación Luisa? tu y yo no tenemos nada! Entiéndelo por el amor de dios! — tomé mi mochila y empecé a acomodar mi ropa y limpiar un poco el desastre. — Háblame!—
— ¿que quieres que te diga? —
— eres una mierda niñata —
—¿yo? Yo quiero todo contigo Elizabeth, yo te he dado todo y tu eres la única mierda que me desprecia! ¿Qué te cuesta hacerlo público? Yo te amo Elizabeth—
— no me puedes amar...— susurró
— si que puedo —
— esto solo era sexo Luisa, no hay relación aquí...nada era serio, no le voy a presentar a la gente un maldito pasatiempo — mis ojos soltaban lágrimas y lo último que vi fue a Elizabeth, limpiando un poco su rostro, tomando su mochila y saliendo de la clase antes de tirarme al suelo a llorar todas las lágrimas de mi cuerpo.
Esto había acabado, todo había acabado. Ella había acabado con mi frágil corazón.
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One Shots
RandomAquí encontrarán pequeñas historias de mis artistas favs (Elizalde Olsen y Kathryn Hahn sobre todo)