11. Entremés

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Solía despertarme con temor cada mañana. Solía sonreír falsamente, solían ser reales en ocasiones, solía, solía solía.
Que palabra tan triste.
Vine aquí para morir.
Solía desear vivir.
Quizás aún lo hago.
Quizás ese es el por qué
O quizás....
Solía, solía, solía.
Dime, ¿qué solías hacer?
Yo solía ser feliz.
Ahora me despierto aquí. Ahora siempre me despierto aquí.

***

A los tres días de estar aquí dejaron en todas nuestras habitaciones lo que se podría considerar como un uniforme: una chaqueta y un pantalón azul naval. Cuando ordenen que tengamos que usarlos, lo hacemos, esas son las reglas. No importa el día. Por ejemplo hoy. Nos hacen usarlo y salir de nuestras habitaciones en grupos de manera ordenada.

Estoy caminando mirando al piso sin prestarle verdadera atención a nada. Nos dirigimos hacia el comedor. Un fuerte golpe me saca fuera de balance y casi me hace caer.

-Espabila -una voz familiar se ríe a mi lado.

-Oye, a la formación -me ordena uno de los guardias.

-Si -murmuro-. Lo siento.

Le lanzo una mirada furiosa a la chica que está a mi lado.

-¿Qué? -dice inocentemente.

-¡Me diste un susto de muerte, Roxy!

Vuelve a reírse.

-Estás lo suficientemente viva para mí.

Miro hacia a las personas que se encuentran delante, me hace bien ver una cara familiar. Inclino mi cabeza apreciativamente hacia ella.

-¿Cómo has estado?

Suspira. Largo. Fuerte.

-No tengo mucho de lo que quejarme... por ahora -vuelvo a mirar a mis zapatos- ¿sabes que creo que es lo peor de estar aquí? -No espera a que le responda-. La espera. No saber qué es lo que viene después. Tener que verlos caminar entre nosotros, mirándonos, catalogándonos como ganado -ahora ella es quien inclina la cabeza-. Odio la espera.

-Es una perra -coincido.

Se ríe.

-Ciertamente -dice con voz queda.

El hombre a mi lado tose y yo instintivamente me alejo de él.

-¿Te sentarías junto a mí? Una cara familiar no me haría nada mal.

-¡Ja! Justo te iba a sugerir eso, chica.

La conversación muere, dedicándonos solamente a caminar codo a codo siguiendo a la marea de gente. Todos entramos al comedor, teniendo libre albedrio en cuanto a los lugares en los que nos sentamos. Tal y como prometió, Roxy se sienta a mi lado.

Un vampiro que no reconozco hace aparición en la parte más alta del comedor, es un balcón desde el cual se puede avistar todo el salón.

El hombre fornido es flanqueado por dos más que se ubican a cada lado, ve hacia arriba con aire de suficiencia, un aspecto que ya encuentro sumamente familiar en todos ellos. Se aclara la garganta.

-Por orden del consejo de este año les daremos una ventaja para prepararse mental y físicamente para la próxima prueba. Les anunciamos ahora que será partiendo de hoy en una semana, lo que significa que el próximo jueves estaremos efectuando la nueva prueba.

-¿Un consejo? No sabía que había de esos en las pruebas -le pregunto a Roxy entre susurros.

-Oh sí, hay de esos en todos lados. Por lo que se está el consejo mayor que es una especie de orden donde se encuentran los vampiros más viejos y sabios que hay en el mundo, todos se rigen por ellos. Después solo hay eslabones, consejos, órdenes y representantes de menor importancia, no poco importantes -aclaró-. Solo... con menos influencia sobre todos. Cada ciudad tiene a su propio consejo. Los más fuertes y tenebrosos -arrugó su cara mostrando sus colmillos los cuales no tenían comparación alguna con los de las bestias que nos rodeaban.

Vampire TestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora