1. Casting para ser vampiro

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— ¡Esa es la cosa más estúpida de la que he escuchado hablar! —dice mi amiga obviamente consternada por el anuncio.

Sophie mueve su cabeza en negación mientras mira al televisor.

“podrías ser tu, tu oportunidad, de convertirte en alguien importante de ser...” dice la mujer en la pantalla, pero entonces Sophie la calla poniéndole mute al televisor.

—Ves, estúpido, completamente.

No lo niego, yo también pienso que es estúpido, reunir a un grupo de personas que compiten entre sí para formar parte de a los que llaman prestigiados vampiros, esa es la estupidez más grande que puede haber, ponerte en ridículo en frente de todos, solo por complacer a unas criaturas chupa sangre.

—Eso lo hacen solo de manera de entretenimiento, les divierte vernos sufrir, vernos enfrentarnos unos contra otros  —le digo.

Ella se para y camina hasta la cocina, sus rizos rubios bailando al vaivén de sus caderas, yo siempre he sentido  un poco de envidia de Sophie, ella es la que siempre se queda con los chicos, yo soy la amiga sobrante, lo único que hago es sentarme y ver como ella hace su magia, pero no culpo a los chicos por preferirla a ella, es alta, guapa y con cuerpo de modelo, tampoco digo que yo sea una especie de Fiona, pero por alguna razón no suelo gustarle a los chicos.

Aparece detrás de la barra de la cocina bebiendo agua, esta vestida con ropa de deporte (ajustada en todos lados) hace media hora que había salido a trotar. Ella hace eso, come sano y hace ejercicio, yo en cambio como hamburguesas y me acuesto a dormir toda la tarde o paso mis días leyendo un libro junto a una taza de café.

Sophie se molestó con la tipa pechugona de la televisión porque su propaganda apareció justo cuando el programa que ambas estábamos viendo iba en la mejor parte, era un programa realmente bueno, íbamos por la parte en la que Alina "la rusa" le confiesa a Víctor "el jardinero" que lo ama, pero entonces llega Rose y le dispara a todo el mundo, bueno ¿cierto?                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              

—Aunque debo admitirlo —me dice ella—, si un sexy vampiro como esos que salen en la televisión me pidiera salir conmigo, le diría que sí sin dudar ni por un segundo.

—Sinceramente no te entiendo, Soph —ella camina lentamente en lo largo de la sala, sus zapatos nuevos de deporte chirriando en el piso de madera y se sienta a mi lado en el sofá blanco de la sala—, en un momento dices que odias a los vampiros y a sus estúpidos concursos y al minuto siguiendo hablas de cuanto los amas y que lo harías con uno de ellos en un instante.

—Ese es el sueño, linda.

— ¿Tirarse a un vampiro?

— ¡Exacto! —dice como si fuera la cosa más obvia del mundo.

Vampire TestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora