Capítulo 3

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Charles

Cuando desperté, estaba en un cuarto blanco con un sillón y una cama, yo estaba en la cama. Cuando intente mover mis brazos adormilados, no los podía mover estaban cruzados y atados a una camisa y yo estaba vestido de blanco. Con las pocas fuerzas que me quedaban me intente zafar, pero es inútil. Tras minutos... U horas no lo se; aquí los segundos aparentan minutos, los minutos parecen horas y las horas parecen años. Esto no me esta gustando. Mi odio hacia esa-me quede pensando en su nombre, pero no me lo dijo-hacia esa maldita perra ah crecido. Pero las cosas no se quedarán así.

Me quede quieto por un buen rato, sin hacer nada y pensando una maldita forma de salir de ahí.
Comencé a gritar. Pero nadie iba a mi rescate, me acerque a la pequeña ventana que había, pero no podía ver nada, sólo estaba ella ahí parada hablando con otro médico, pero eso lo veo con dificultad. La tenía que traer de vuelta. Tenía que hacerlo. Comencé a pegarme en la cabeza, para llamar su atención hasta que la vi en dirección para acá, pero un doctor la detuvo

-Victoria, será mejor que lo dejes, alguien más lo puede tratar- Pero ¿Quién se cree ese idiota para saber quien es bueno o no es bueno para mi? Yo la quiero a ella y sólo a ella. No voy a dejar que las cosas se queden así. Así que aumenté los golpes y la fuerza con lo que lo estaba haciendo.
-No, yo puedo hacerlo. Es sólo que tengo que pedirle que me diga de nuevo lo que me estaba diciendo. Es que me distraje y paso lo que paso.- ¿Qué no me pone atención? No se lo voy a repetir, ¿o si?
-Vic, ten cuidado con el. Sabes de lo que son capaces de hacer.-¿Hacer qué? ¿Quienes son capaces de hacerlo? ¿De qué habla?. Tengo que investigar de lo que este imbécil habla. Seguí pegando. Pero no venían, así que comencé a pegarle a la puerta con todo mi cuerpo y ahí fue cuando ella volteo.
-Tengo que ir, se puede estar haciendo daño-¿Le importo? ¿Qué más da lo que pase conmigo?
-Cuidado con lo que te hace . Llamare a dos guardias para que entren contigo-dijo el tipejo ese, ¡oh no! No diré nada, a menos de que estemos solo ella y yo.
-Gracias-dijo, pero en un tono más suave que con lo que lo hizo conmigo. ¿Por qué me da un trato diferente? ¿Acaso no merezco lo mejor? Claro que lo merezco. Soy mejor que todos.

Cuando la vi acercarse me pare justo en la puerta y ella no me vio, cuando está la abrió se sorprendió al verme justo a centímetros de ella. Forceje para poder tocarla y hacerle un castigo. Pero la camisa me lo impedía.

-Charles, toma asiento-dijo ella
-¿Vendrán ellos?-dije con preocupación
-¿Ellos quiénes?-enarcó una ceja
-Los guardiasa-mi voz se rompió-los que le hicieron esto-una lágrima calló
-Sí, pero tú lo has hecho necesario-dijo con frialdad
-No era mi intención, prometo ya no perder el control-dije mirando al piso y más lágrimas cayeron de mis ojos
-Lo siento, pero tú lo provocaste-se sentó aún más lejos de lo que antes estaba

Comencé a llorar y me senté donde me correspondía y mire al suelo pensando ¿Por qué a mi? ¿Me podrán quitar esto?
¿Por qué no hace algo para ayudarme? ¿Así será siempre? ¿Podré volver a casa?
Para ninguna de esas preguntas tenía la respuesta y eso me angustiaba más, moví mis brazos en busca de una manera de poder desatarme...

-Charles es inútil
-¿El qué?-dije alzando mi mirada
-El intentar zafarte, no lo lograrás
-Entonces...

Dos guardaos vestidos de blanco entraron por la puerta y se pararon justo detrás de mi. Esto me puso muy nervioso y me dieron ganas de romper todo, me empece a mover a los lados para ver la cara de los guardias, pero la doctora llamo mi atención...

-Dime, ¿Qué fue lo que pasó después de que te diste cuenta de tu destino?-preguntó, deje de llorara y comencé a reír y la mire
-Pues me dirigí a la parada del bus, pero ninguno se paró cuando les hice la parada-sonreí-supongo que fue por mi camisa blanca llena de la sangre-solté un gemido
-¿Qué pasó después?
-Como ningún bus se paraba, decidí irme a pie, todos se me quedaban viendo de tal manera-hice una pausa recordando el momento de como todo mundo me miraba y se alejaba de mi, escuchaba a las mujeres gritando y alejándose rápidamente de donde yo iba pasando, los susurros que escuchaba...
-¿Charles?- dijo sacándome de mis pensamientos
-Me veían de una manera en la que no me gustaba y me daban ganas de matarlos a todos, ¿Qué era lo que tanto miraban?
-Pues, tú mismo lo dijiste la camisa con sangre
-¿Qué tal si estaba herido? ¿Qué tal si necesitaba ayuda? Nadie se me acercó, todo mundo se alejó y me rechazo
-Pero no la necesitabas, así que...
-¡NADA!-grite y los guardias dieron un paso hacia mi y ella sólo hizo una seña de que estaba todo bien.
-¿Se pueden ir?-dije parándome de mi lugar
-No se pueden ir, debido a tu comportamiento, es por tu seguridad y por la mía
-¿Es que me tiene miedo?-Me acerque un poco a ella
-No, sólo...
-Quiere dejar de poner pretextos, los quiero fuera
-Entiende que no se puede
-¡FUÉRA!-grite, esta situación era la peor-
-¡TRANQUILÍZATE!- me espetó
-No diré nada hasta que se larguen de aquí-le solté
-Muy bien, si así lo quieres
-Así lo quiero, usted es egoísta, sólo piensa en si misma, se supone que YO soy el que necesita ayuda y no usted...

No dijo más y cerró la carpeta que tenía en las manos y se dirigió a la puerta...

¿Dónde va?
-No vas a cooperar, creo que la sesión del día de hoy ah acabado-dijo y abrió la puerta
-¡NO! Por favor, es sólo que me siento presionado, me siento sólo, quiero que me ayude, pero quiero que sólo estemos los dos, la necesito, las razones por las que me comporté así...-hice una pausa, tenía que convencerla de que se quedara, tenía que quitarme esta cosa, la quería ver sufrir, si no lo puedo hacer físicamente, lo haré verbalmente- por favor...

-Soltó un suspiro y dejo caer los brazos-Esta bien
-Pero... Puede ser ¿En privado?

Asintió con la cabeza y los dos guardias salieron. Estaba más que feliz, conseguí lo que planee, en menos de tres horas lograre salir de aquí.

-Toma asiento
-Sí-me senté, si quería salir de aquí, tenía que hacer caso
-Sígueme contando-abrió la carpeta
-Cuando llegue a casa mi mamá soltó un grito de terror...
-¿En eso entonces seguía viva?
-¿Usted que cree?-le espeté
-Siga-dijo molesta
-Le ordené que se callara, pero esta sólo me invadió con preguntas y me enoje hasta que le di una cachetada y esta llevo su mano a la mejilla y de ahí comenzó a llorar-recordé el momento y me hizo sentir alegría y paz- no se callaba y me mando a mi habitación, y claro, no sabía que era mi cumpleaños, me enoje demasiado, tanto que me dirigí a mi cuarto y escuche como lloraba mi hermana y eso me hizo enojar más, no hice nada en el momento, sólo me dirigí a mi habitación y recordé el momento, recordé como se quejaba y eso me hizo sentir placer-sonreí- pero la maldita de mi hermana seguía chillando y ¿Por qué no acabar con sus penas? Más bien, con su sufrimiento, mamá no le iba a prestar atención, ya que ella estaba más ocupada sobándose la mejilla. Fue cuando me acerque a su habitación y me subí a la cuna, ella dejo de llorar y me vio a los ojos, aún com la sangre seca del can, la tomé en mis brazos y comenzó a llorar más, en eso fue cuando las imágenes del perro volvieron a mi cabeza, sus quejidos entraron y me desespere demasiado y cuando menos me había dado cuenta, tenía mis manos sobre su cuello y este se tornó más rosado y dejo de respirar, ya que yo tenía mis manos en su diminuto cuello-sonreí y la vi a los ojos, no tenía expresión alguna- Así es, era tan suave, aunque era castraste, todo el maldito día lloraba.
-¿Qué pasó con tu madre?
-Ella en cuanto dejo de escucharla llorar, subió las escaleras y me estaba llamando, pero cuando entro, yo la tenía en mis brazos, y ella pregunto "¿Se ah dormido ya?" A lo cual yo conteste "Aún mejor, la deje en un sueño profundo, realizo mi misión" y ella se me quedo viendo con una expresión, tan extraña y sólo dijo "¿De que estas hablando"-Reí al recordar su cara- cuando se acercó a mi, y la tomo en sus brazos comenzó a llorar
-¿Qué sentiste?
-Enojo, ¿Qué no veía que la liebre tanto a ella como a mi hermana?, en fin, me acerque a su oído y le susurre "Serás la siguiente" y esta me dijo: "Asesino"
-¿Y qué hiciste? ¿Te sentiste mal o algo?
-Me enojó y le solté otra cachetada y ella se paró y me golpeo a mi. Hasta qué llego su momento
-¿Cómo fue ese momento?
-Agradable, era la noche y yo seguía despierto, mamá por fin se logró callar, ya que se la paso gritándome "Asesino, Animal, Monstruo y Loco"-me acorde de la ocasión y me paré y me dirigí a la pared, y comencé a darme topes con ella- No estoy loco, no soy un monstruo, sólo que ella no lo veía ¿Cierto? Ella no me entendía.-mi voz se rompió y comencé a llorar
-No llores Charles, ya pasó
-Es sólo que, ella pudo escucharme, pero no quiso y fue su culpa que ella terminará muerta, si ella hubiese escuchaos y hubiese entendido... Seguiría con vida.
-¿Cómo la mataste?
-¡YO NO MATÓ! ¡LIBERO! ¡ENTIENDA!
-Eso hago
-No-me acerque a ella, tanto que mi boca quedo a la altura de su oído y le susurre-Vamos "Vic" entiéndeme, ve lo que yo veo, yo veo lo correcto-olí su cabello, un olor hipnotizan te
-Aléjate de mi-me empujo- Es todo por hoy

Se dirigió a la puerta y los dos guardias entraron y me quitaron la camisa, disfrute de mis brazos por un tiempo...

-Puede salir-dijo un guarida

Lo observe atentamente, ¿Cómo es que me dejaran libre? ¿A pesar de lo que he hecho? Idiotas.

Mi nuevo propósito era hacer sufrir a Victoria, salí rápidamente del hospital y me dirigí a su encuentro, esta me volteo a ver y yo me despedí con una sonrisa y un gesto con la mano de despedida, esta subió a un taxi y se fue.

Pero las cosas no se van a quedar así...

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Enamorada de un PsicópataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora