Capítulo 12

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Capítulo 12

Victoria

Advertencia...

¿Ahora a qué se refiere? Sé que no debo, pero se está volviendo aburrido y de pereza. ¿Qué querrá? O bueno... ¿Qué quiere conmigo? ¿Qué?

En fin, no me partiré mi cabeza pensando en cosas que no, tengo que enfocarme en ¿Qué tipo de esquizofrenia tiene Dean? Estoy convencida de que será catatónica o paranoide?*

Necesito otra sesión para confirmarlo... En fin, supongo que le darán cita para luego.

Me dirijo al interior de mi consultorio, cierro la puerta y pongo el botón, no quiero pensar en Mercedes... en mi cabeza pasan los peores escenarios... revivo a detalle todo, T O D O analiza Victoria- dijo una voz en mi cabeza... Me senté y cerré mis ojos.

<<Vuelvo dónde estaba la persona, me apuro todo lo que pueda y me estresa todo, no puedo creer que no haya nadie más o que nadie más escuche todo esto, ni camilleros, ni enfermeros o enfermeras... me apresuro pero todo pasa tan lento, el pasillo está con poca luz y solo... ni un ruido. Nada

Algo no me deja tranquila... ¿será prudente ir? ¿y si solo es mi imaginación?

Creo que estoy demasiado tensa, han pasado miles de cosas, creo que lo mejor será relajarme e ir a casa a descansar... sí, mejor.

A pesar de mi decisión, no logro moverme, mis pies no obedecen mis órdenes, siguen adelante y siento como una sensación horrible recorre mi cuerpo; es como si estuviese a menos 5ºC o peor, me sudan las manos y mi corazón se acelera, sigo avanzando por el solitario pasillo, una paciente de sexo femenino va corriendo de aquí allá pero sin hacer demasiado ruido, sorprendida porque logró salir de su habitación me dirijo a ella...

Tan así que olvidé la presencia de Adrián y sus preguntas... >>

Abrí mis ojos volviendo a la realidad, sentí miedo... ¡Por favor Victoria! Eres una profesional, así que déjate de tonterías y ya.

Miro el reloj y han pasado ya 5 horas... Necesito un café. Abro la puerta y mi paso fue fuerte y firme, me sentí un poco mejor y me apresure y salí, pedí el elevador y este llegó en menos de un minuto, venía lleno con 3 enfermeros y 2 camilleros, venían de la sala de guardias o no sé, pero se veían alegres...

-Dra.-dice uno de ellos y me sonríe

-Hola -devuelvo la sonrisa y las puertas se cierran

Sigo pensando en mi amiga... en esa escena, sus piernas –basta- me dije a mí misma, me tranquilicé y dejé de darle tantas vueltas al asunto, salgo del elevador y todos estaban ahí, como si nada y de hecho así es, todos están acostumbrados a los mismos pacientes, mismos trastornos y no lo voy a negar, hay uno o dos pacientes que son muy atentos y tranquilos, lo único que hacen es jugar con el personal de enfermería o entre ellos. Siempre sonríen y si no, se dan la vuelta y al día siguiente si está de humor te saludan o te piden perdón por no haberte saludado. Ojalá algún día me dejen tratar con ellos bien.

Veo a una persona que está esperando a que salga del elevador, pero es muy amable como para pedirme que me apure a bajar o a hacer algo, así que sonrío y me disculpo; bajo del elevador y voy camino a la puerta principal y llega ese aire fresco y frío. Me dirijo a la calle en busca de un café.

-Hola, ¿cómo sigues?- me dice una voz familiar

-Hola- Dirijo la mirada y es Adrián, venía nervioso- Bien, gracias por preocuparte- le sonrío

-¿Te parece que visitemos a Mercedes hoy?

-¿No crees que es muy pronto?- dije nerviosa

-Tal vez, pero así podrás estar más tranquila- me tomó de la mano

Enamorada de un PsicópataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora