Capítulo 8

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Charles

Cuándo abro mis ojos, todo esta borroso. Mi cabeza me palpita y mi cuerpo pesa más de lo normal; cuando muevo mi brazo, un piquete y una punzada de dolor recorre mi brazo y tengo muchas maquinas conectadas por todos lados y mi primera reacción es quitarme todas las agujas y cables que están conectados en mí. Cuando me dirijo a la zona de mi pecho, tengo una ropa distinta a la que tenía esta... ¿Mañana? ¿tarde? ¿Noche? No lo sé... no sé donde estoy. Lo único que recuerdo con claridad es ver a Victoria y también recuerdo como se enojó y se alejó de mí... como todo mundo lo hace, pero como dije antes nada se quedará así.

Me apresuro a quitarme las cosas y a ponerme de pie. Cuando me quiero poner de pie... todo sale mal, caigo al suelo. Mis piernas son tan débiles, ahora no son capaces de aguantar mi peso.
Las miro e intento moverlas, pero estas no reaccionan. Intento mover los dedos de mis pies y tampoco seden, tardo unos momentos en hacer que reaccionen. La desesperación me invade; nadie viene y creo que nadie sabe que estoy despierto. Mi vista se nubla, lagrimas comienzan a salir e mis ojos, todo sigue igual. Mi desesperación es demasiada, golpeo con todas mi fuerzas mis piernas y no siento nada... quería sentir ¿dolor?... ¿es eso lo que sentiría?
No sé, por qué pienso esto. Quiero salir de aquí, quiero... no importa lo que quiera, simplemente mis pies. Ya no pienso con claridad. Miles de ideas de pensamientos vienen a mi mente, pero nada de eso importa...
Me inclino hacía delante y tomo mis pies y los presiono, me esfuerzo lo más que puedo y suelto un grito... un grito lleno de desesperación.
Comienzo a llorar, pero después mi llanto se va formando en una risa, me comienzo a reír de mi desgracia, varios recuerdos empiezan a venir a mi mente, lo patético que me veo, ¡Ja! Esto no podría estar peor y fue cuando estallé de risa y después; cuando por fin mi dedo del pie sede, me apresuro y muevo las piernas y esta vez lo hacen mejor y siento el movimiento de ellas. Me apoyo en la pequeña cama y recargo mi pie en el suelo y después me impulso y me logro poner de pie, quito mis manos de la cama y tamborileo un poco. Y caigo. Gateo hasta la puerta y me extiendo para tomar la perilla e la puerta, pero necesito ponerme de pie. Me vuelvo a apoyar en la cama y esta vez es más fácil y me dirijo a la puerta, giro la perilla y esta hace un "Crack" y se abre.
El pasillo esta poco iluminado... perfecto.

Me dirijo al final del pasillo donde hay una puerta grande, conforme voy caminando la voz vuelve:

-"¿Me extrañaste?"-dijo la voz en un tono burlón
-No. Ahora sal de aquí-dije
-¿Sabes dónde estas?
-¡LARGO!
-El tiempo esta corriendo...- un sonido fuerte resonó en el área... parecía llanto, muy agudo.

-¡HAZLO!- gritó la voz y se esfumo.

Sigo el llanto y viene del otro lado de la puerta enorme que hay; abro la puerta con delicadeza asegurando me de no hacer ruido, conforme avanzo el llanto es más claro, viene de una pequeña oficina que hay. El llanto resuena en mis oídos y me duelen demasiado mis piernas y los oídos me pitan, aprieto mis puños, pero no es suficiente, cierro mis ojos y todo se vuelve más confuso; una gran boca es la que grita y llora, una persona, a la cual no logro verle la cara al parecer comienza a hablar. Pero no le entiendo nada, cuando abro mis ojos me encuentro en el suelo de la habitación en la que estaba desde un principio...

Ignoro lo que sea que haya pasado, pero aún sigo escuchando ese llanto, esa alma en pena... tengo que hacer algo al respecto... me pongo de pie y mis piernas las siento de plomo, sigo adelante a pesar de cómo me siento, la puerta se abre y vuelvo a escuchar ese "Crak" y el pasillo sigue igual, me dirijo hacia el llanto, pero cuando voy caminando escucho un golpe en una puerta que tiene un rejilla pequeña que me permite ver a la perfección a una mujer, con aspecto sucio y desmarañado, me detengo a verla y esta se pone a girar y me hace una seña: con su dedo índice se lo pone en los labios y hace un ruido:
-¡SHHHH!- se ríe y sigue girando-Te están esperando-sonríe y sus dientes están amarillos y asquerosos. Pero me señala a una doctora que va sorbiendo la nariz y me doy cuenta de mi misión, mejor dicho de mi objetivo...

Se dirige a lo que parece un baño... una gran sonrisa y unas ganas de usar mis manos aumentan, la adrenalina que corre por mis venas es más de la que yo pensé. Esta se detiene y ve hacia el pasillo donde estoy yo parado, así que cuidadosamente me hago hacía atrás, fuerza su vista para verme, se va acercando a mí, pero ya tiene algo en su mano, algo que parece una jeringa, eso hace que mi cuerpo sienta una necesidad impresionante de atacar y de tomar ese cuerpo y hacer lo que sea que quiera con él. Ya que la tengo a unos pocos pasos, la puerta de la mujer de los dientes sucios se abre y esta en el rincón sonriendo y esperando, ya con mi sujeto en frente la tomo por la muñeca y hago que su mano se estrelle contra la pared, no tira la jeringa y después de apretar con más fuerza su muñeca-la siento fría, le falta sangre- después de 2 golpes mas hago que tire la jeringa y suelta un grito que llena todo el ambiente. La empujo para que entre a la habitación y esta cae al suelo y cierro la puerta de un solo jalón y la mujer de los dientes comienza a reírse y a aplaudir...

-Hazlo ya- me dice la voz
-¡YAAA!- me dice la mujer de dientes sucios
-¡DEJNME PENSAR!-les grito a todos... un silencio cómodo llena el vacío que siento, pero unos sollozos me interrumpen.
-¡CALLATE!-le suelto un golpe a mi alma en pena, mientras que la mujer nos observa y aplaude.
-Por favor, déjame ir-dice mí alma en pena
-¿¡QUÉ NO VES QUE TE VOY A AYUDAR?!- le espeto, pero esta suelta un sollozo más fuerte que el primero así que tomo mis manos y las pongo en su cabello y empiezo a sacudirla y jalar y a mover de un lugar a otro mis manos y ella sigue el ritmo, pero no se calla; al contrario, hace más ruido y siento un gran placer, cuando logra tocarme, sus manos están frías... no son como las de Victoria, al recordarla me enojo más y tomo su cuello entre mis manos y me paro y ella viene conmigo, después la subo a la cama y ella esta debajo de mí. Me golpea, pero eso me excita cada vez más, aprieto cada vez más, ya cuando no se mueve y deja de forcejear, la mujer de los dientes amarillos sale de la habitación y suelta un grito de emoción. Al momento en la que cierra la puerta una persona pasa corriendo y ella deja la jeringa en el suelo y cierra la puerta.

Me bajo de la cama y me aseguro que mi sujeto se quede quieta. En cuanto me muevo ella comienza a toser desesperadamente, sus pulmones anhelan tener aire, tomo la jeringa rápidamente y vuelvo a ella, sus ojos están inyectados en sangre, después de unos minutas logra pronunciar:

-De... déjame ir-toce y se sienta-por...
-¡Cállate!-le grito y tomo mis manos la jeringa y contiene un líquido un poco espeso y transparente, no tengo la menor idea de lo que quiera que sea, pero tengo que hacer que se quede quieta.

Me acerco y su llanto aumenta y se tira al piso y se va arrastrando y choca con la pared y ya no tiene a donde más ir y yo me acerco... que miserable es, no puede hacer nada; tan débil, tonta e insignificante.

Me inclino y golpe la jeringa con el liquito y tomo su brazo y esta forcejea y le clavo la jeringa en el primer punto que puedo.
No deja de moverse durante un buen tiempo y eso me desespera aún más, empiezo a golpearla tan fuerte como puedo, su cabeza cuelga y esta toda roja. Con forme sigo dando golpes sus ojos se cierran y el silencio llena la habitación.

La sangre que tengo en mis manos me la froto sobre la cara y siento un gran alivio, cuando la veo, esta con la cara roja y la respiración irregular. Su nariz no deja de sangrar al igual que su boca.

La cargo y la dejo en la cama, me subo en ella y le quito la bata que trae y después le bajo los pantalones, me quito los míos y después le quito su pantaleta y queda de cintura para abajo totalmente desnuda, lo mejor es que no puede hacer nada y yo tengo todo el control, soy el que manda aquí. Meto mí pene dentro de ella, mis movimientos son duros, soy el fuerte, el que tiene el poder, conforme la penetro de una manera muy tosca, la veo a lo ojos, los tiene ligeramente abiertos y una lagrima cae por sus ojos. Comienzo a reír, mi risa es lo único que escucho y mientras más rápidos son mis movimientos más me río y me siento bien conmigo mismo, pero nadie entiende lo que yo hago...

Suelto un grito y me bajo de ella y de la cama. Al verla piernas abiertas recuerdo a lo que he venido... me acerco y ella hace un ruido y se intenta alejar de mí pero sus ojos le pesan tanto que no puede mantenerlos abiertos, me acerco y tomo su cuello y comienzo a apretar, tardo solo unos minutos, sus labios no tienen color y sus ojos están rojos.

Escucho pasos por el pasillo y me apresuro a salir, abro la puerta y la mujer de dientes amarillos esta ahí y al ver mi obra, comienza a gritar y tomo mis manos y las pongo es su boca la estrello con la pared que tengo enfrente y esa cae al suelo, escucho unos pasos acercándose y me alejo y vuelvo a mi habitación, cruzo el pasillo poco iluminado y la voz de siempre vuele y se ríe de mi...

-Ahora no- le digo para que se aleje. Pero la escucho más cerca y comienzo a correr hasta que choco con... ¿algo? ¿alguien? Mi vista se nubla y caigo al suelo...

Enamorada de un PsicópataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora