capitulo 12

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Mía
...

Después de su ardiente situación en el
auto, Haerin y Danielle decidieron entrar
finalmente en casa para estudiar.

- Estudiar.

Haerin cerró la puerta principal con mano
temblorosa y se dio la vuelta, pero Danielle la
empujó contra la puerta de madera. Jadeó de impresión, pero rió al sentir de nuevo los
labios de la pelicastaña capturando los suyos. No es que se quejara.

- Lo siento, no puedo evitarlo. - murmuró la pelicastaña contra sus labios. Haerin sólo
movió la cabeza hacia atrás y se rió, pero
rápidamente chilló de sorpresa cuando Danielle la levantó haciendo que envolviera sus piernas alrededor de la cintura de la pelicastaña.

Y, antes de que Haerin pudiera decir nada más, Danielle aplastó sus labios contra los suyos provocando que un suave gemido saliera de sus labios. Aquel sonido provocó un escalofrío en Danielle. Era el sonido más sexy que jamás había oído.

Haerin apretó las piernas alrededor de la
cintura de Danielle e inconscientemente sintió que sus caderas se rozaran, aquel toque hizo que la peliazul grufñera en sus labios y la presionara aún más contra la puerta con sus caderas.

Danielle se apartó y arrastró los labios hasta el cuello de la pelimarrón.

- Dios, eres increíble. -susurró Danielle su piel. Haerin gimió suavemente con los ojos cerrados, inclinando la cabeza hacia un
lado para darle más acceso. Su cuerpo se sentía caliente con la forma en que la boca de Danielle trabajaba contra su cuello. Era tan..

-¿Haerin? ¿Eres tú?

Oh, mierda.

Haerin abrió los ojos de golpe y miró hacia el pasillo, oyendo los pasos de su madre salir
lentamente de la cocina. Danielle estaba tan
absorta en el sabor y la suave sensación del
cuello de Haerin que aún no había oído una voz.

Haerin siseó y le golpeó angustiadamente el
hombro.

-¡Danielle, bájame! -chilló, Haerin. Danielle estaba demasiado aturdida para oír realmente nada y mordisqueó la piel de Haerin haciendo que la chica se retorciera contra ella con las mejillas sonrojadas.

Haerin empezó a jadear pero continuó dando golpecitos en el hombro de Danielle.

- Danielle. -gimió Haerin, pero al escuchar
los pasos aproximándose, apretó los labios y tiró con fuerza de la oreja de Danielle.

-Ay ay ay. - Danielle gimoteó, colocando
cuidadosamente a Haerin de nuevo en el suelo y tratando de quitarle la mano de la
oreja.  - ¿Qué estás..?

- ¡Es mi mamá! - Siseó Haerin en voz baja mientras soltaba su oreja. Danielle jadeó mientras se agarraba la oreja enrojecida y
chilló antes de correr detrás de Haerin y
tratar de alisarse el cabello.

- Mierda, mierda, mierda. - susurró Danielle para sí misma, sintiendo cómo su corazón latía rápidamente. Haerin se volvió para mirarla mientras se peinaba el flequillo con los dedos e intentaba limpiarse el brillo rosa corrido.

-¿Tengo buen aspecto? -preguntó Haerin nerviosa. Sus padres rara vez estaban en casa, así que saber que estaban allí y que
posiblemente podrían haberlas atrapado hizo
que sus nervios se dispararan. Y Danielle lo notó enseguida.

- Tienes algo justo ahí... - se interrumpió
colocando un suave picotazo en la nariz de
la pelimarrón. Sonriendo ampliamente, Danielle se apartó y le envió un guiño juguetón. - Lo tengo. - Haerin se limitó a poner los ojos en blanco, pero se paró en puntillas y besó los labios de Danielle.

Tócame -DaerinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora