Simón Rivera.
Si mi buen humor no estaba bajo, esto definitivamente logró culminar todo lo que queda del día.
Pero por alguna razón una carcajada a mi lado hace que frunza el ceño con estupefacción.
—¿Qué? ¿Tan guapos les parecemos? —se burla Daniel al grupo de personas.
Toma su vaso y una botella ante la mirada de cierta chica que abre la boca para replicar pero no dice nada cuando el chico se va yendo al patio.
—Gracias por la bebida.
Así lo sigo y los murmullos con un gruñido se escuchan a nuestras espaldas. Pienso en esa historia de los dos vasos y de porque me suena familiar. Intento hallar alguna explicación hasta que veo a un grupo que ríe animado en unos asientos del patio, a excepción de cierto chico pelirrojo que mira algo temeroso a una de las chicas que permanece impasible con su trago en mano.
Daniel pide explicaciones al igual que la castaña que empieza a discutir con él por llegar tarde. Me siento al lado de Chris y saludo a Lorenzo de lejos que mira divertido la pelea que suelta varios datos interesantes.
—Dime que sucedió para no encontrarte en casa —gruñe la chica que no nota mi presencia.
—Solo unos asuntos que están resueltos. Además de que el tráfico estaba horrible.
—¿Todo bien? —yo pregunto a Chris ya que noto que está algo decaída —. ¿Qué pasa?
—Nada. Yo me encontré con esto.
Me da un teléfono y después un papel de una factura de compra. Empiezo a leer que darán un paquete a una dirección a mi nombre y que es una...
—A veces te amo, ¿sabes?
Ella rueda sus ojos aunque la pequeña sonrisa se le borra por un abrazo inesperado. Me golpea el pecho haciendo que empiece a reír divertido, aunque en realidad quiera llorar un poco.
Carajo. En serio tiene la mano pesada.
—Che, Lore.
El chico se tensa a mi llamado y su miedo es evidente cuando nota con quien estoy. Para nadie es un secreto que él teme a Christine desde que vio cómo derribó a un tipo que estaban por robarles el auto. Cabe aclarar que era más alto que ella y por ello ha mantenido cierta distancia ya que sabe que Ximena la adora.
Ahora, formo una sonrisa algo malvada para hacerle sufrir un poco.
—¿A que hoy Chris no está bonita?
Su rostro refleja alarma por mi pregunta trampa y la mirada del metal frío de Chris. Traga un poco e intenta poner una sonrisa tranquila.
—Si. Digo... No es que no la haya visto, es bonita. Pero también me imagino que así y quiso ser... no digo que quiera ser lo contrario pues sería raro y...
Divaga un poco entrando en pánico a lo que un golpe llega a su nuca haciendo que se calle.
—Entendimos el punto, tranquilo.
La mirada que me lanza Daniel hace que levante las manos en señal de rendición. Estoy con los últimos retazos de mi corta diversión no prevengo la atención que me da la amiga del chico consentido.
—Ehhh... Hola, Simón.
Ante el saludo algo frío asiento tratando que no me importe el denso ambiente que deja nuestro intercambio de palabras. Ello lo nota Daniel quien pone una mueca y empieza a sacar temas banales de la nada.
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Los últimos dos vasos (En proceso)
Humor"Perfección en persona, un chico con una cajita de chicles y unos vasos que tomaron al llegar tarde a una fiesta. ¿Quién diría que así uno se arma un buen chisme?" ********* Daniel Curtis es el chico al que le exigen perfección. Simón Rivera es el c...