Día 07: "Jamás he hablado de esto con nadie"

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Día 07.
❝Estoy contigo❞

El cielo comenzaba a ser cubierto por nubes grises, la suave brisa se convirtió en un fuerte viento y gotas de agua golpeaban las ventanas de cada residencia de New Yoke City

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El cielo comenzaba a ser cubierto por nubes grises, la suave brisa se convirtió en un fuerte viento y gotas de agua golpeaban las ventanas de cada residencia de New Yoke City.

Nine se encontraba revisando por quinta vez que todas las posibles entradas de agua a su hogar estuviesen cerradas mientras reproducía las noticias en su radio, las cuales, anunciaban sobre la inminente tormenta eléctrica.

El ámbar no paraba de dar vueltas de aquí para allá con ciertos dejes de nerviosismo en su expresión, lo cual, tarde o temprano llamaría la atención de su compañera de hogar.

—¿Nine?— Rusty Rose se había aparecido de forma silenciosa en el taller, tomando por sorpresa al de nueve colas.

—Por todos los cielos, Rusty, que susto...— Suspiró el menor, llevando una mano hasta la zona de su corazón. En verdad lo había asustado —¿Qué necesitas?

—¿Está todo en orden? Mis circuitos perciben tu nerviosismo.

—N-No pasa nada, solo...— El zorro desvió la mirada mientras frotaba sus brazos, buscando una excusa lo suficientemente creíble —Me aseguro de que todo esté cerrado, no quiero que el agua entre y te estropee a ti o alguno de mis inventos, es todo...

La androide ladeó ligeramente la cabeza, no le creía en lo absoluto, y le creyó aún menos cuando el primer trueno resonó en el ambiente.

Estando en el subterráneo, el ruido era tres veces más fuerte de lo que realmente era.

—Y-Yo... ¡Debo irme!— Exclamó el menor, corriendo a refugiarse a lo que podía llamar su habitación.

Una vez dentro, cerró la puerta y se aferró de espalda contra el metal, tratando de regular su ya agitada respiración.

—Tranquilízate, Nine...— Dijo para sí mismo tomando su cabeza entre sus manos enguantadas.

El segundo trueno hizo eco en el cuarto. Todo comenzaba a dar vueltas y, sin poder hacer nada para evitarlo, su vista se vio nublada de lágrimas. Debía detenerse, se comportaba como un niño pequeño...

Trató de avanzar hacia su cómoda, pero se acuclilló sobre el suelo al escuchar un trueno antes de poder llegar.

—¿Nine?— La voz de la androide, siendo ligeramente amortiguada por la puerta, resonó en sus oídos —¿Estás bien?

—Vete de aquí, Rusty...— Pidió, escondiendo su rostro entre sus piernas. No quería que ella, de todas las personas, lo viera en ese patético estado.

Rusty, ignorando la petición del ámbar, entró en la habitación de todos modos y  comenzó a hacer un análisis con ayuda de su ojo robótico. Sudor, ojos llorosos, respiración agitada, latidos de corazón rápidos... Eran algunos de los síntomas que el zorro presentaba.

Pero antes de poder mencionarlo, se escuchó otro trueno. El vulpino agachó sus orejas y apretó los ojos con fuerza en respuesta.

Rusty comprendió la situación de inmediato: Nine estaba aterrado de los truenos. Así que cerró la puerta, se acercó y se sentó frente a él.

—Nine.— La oji-jade tomó su hombro y lo acarició en un gesto afectuoso. Todo su cuerpo se tensó ante el tacto —Tranquilo, soy yo.— Al darse cuenta que se trataba de la androide, se relajó.

Lentamente, Nine inclinó su cabeza hacia adelante hasta finalmente chocar frente con frente. A pesar de que ella estaba hecha casi por completo de metal, el contacto no lo hizo sentir incómodo, es más, se sintió bien... Se sintió a salvo.

El de nueve colas, dejándose llevar por esta nueva tranquilidad, se permitió cerrar sus ojos e inhalar y exhalar profundamente. En algún momento, sintió la mano de la androide subir por su nuca y acariciar detrás de sus orejas, cosa que lo hizo sentirse inmediatamente reconfortado.

—Eso es.— Murmuró Rose sin dejar las caricias y con una pequeña sonrisa, casi imperceptible, en su rostro.

—Yo...— Nine creyó que ese era el momento oportuno para hablar —Jamás he hablado de esto con nadie, p-pero...

—Tienes miedo de los relámpagos, me di cuenta... ¿Por qué no me lo dijiste?

—Es patético.

—No es cierto.

El menor guardó silencio durante unos instantes, dándole suficiente tiempo a androide para tomarlo entre brazos y recostarlo sobre la cama.

—Será mejor que descanses.— Dijo acomodándolo bajo las sábanas. Una vez hecho su trabajo, intentó irse para no molestarlo, pero fue detenida por el agarre de Nine.

—Hey, Rusty... ¿Podrías quedarte un rato más?— Murmuró agachando las orejas, algo avergonzado por su propia petición.

Ella sonrió enternecida.

—Está bien.

La erizo se sentó en el borde de la cama y comenzó a acariciar los mechones del flequillo de Nine durante un largo rato hasta que, finalmente, el menor se entregó por completo al mundo de los sueños.

—Descansa, Nine...

¡Hola, hola! ✌️

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¡Hola, hola! ✌️

Séptimo día de la Niusty Week publicado. 💕

¡Ya estamos llegando a la recta final de esta week, sí! Pero aún no han terminado conmigo... Mañana publicaré el día Extra.

Nos vemos en la próxima y última actualización... ✨️

Niusty Week 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora