Día 04: "Estrellas"

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Día 04.
❝Cielo estrellado❞

Era de noche, la brisa era fría y las olas del mar estaban en calma

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Era de noche, la brisa era fría y las olas del mar estaban en calma. Nine caminaba con cuidado siendo guiado por la mano de Rusty Rose. Sus pasos eran lentos y algo torpes, esto debido a que sus ojos estaban vendados.

—¿Ya puedo abrir los ojos?

—Todavía no.

El zorro suspiró. Según la androide, había algo que quería que viera, pero el vulpino estaba seguro de que se trataba de una trampa.

¿Qué cosa debía mostrarle que estaba tan lejos de su hogar? Porque ellos no se encontraban en New Yoke, mucho menos en El Nefasto; Rusty lo había contactado desde Ningún Lugar y lo había hecho viajar hasta ahí.

¿Por qué había aceptado ir? Era la verdadera pregunta.

—Hasta aquí.— Indicó la erizo, deteniendo sus pasos —¿Listo?

—Supongo...

—Muy bien.

Las orejas del vulpino se movieron al escuchar los pasos de la erizo, sintiéndola posicionarse detrás de él. Unos momentos después, la venda fue removida de sus ojos.

Nine parpadeó un par de veces, acostumbrándose a la luz. Observó en distintas direcciones, pero no encontró más a su alrededor otra cosa que no fuera agua de mar.

—¿Y bien? ¿Qué era lo que querías...?

El zorro interrumpió sus propias palabras al observar hacia arriba, absorto ante el nuevo paisaje frente a él.

La luna, perfectamente redonda y pulcra, brillaba en lo más alto del cielo, el cual, era de un tono azul muy oscuro, casi pasando a negro, muy diferente en comparación con el azul claro que había visto la última vez que visitó aquella dimensión.

Y, como si fuera poco, aquel satélite natural era acompañado por pequeños puntos destellantes, dispersos por todo el cielo cual pinceladas blancas en una pintura.

Era, sin dudas, una vista realmente maravillosa.

Rose se dió cuenta de que aquellos ojos azules, usualmente apagados y sin mostrar emoción alguna, desprendían un brillo especial esta vez.

—Son estrellas.— Murmuró embelesado, sin poder despegar la vista de las constelaciones —Increíble, solo las había visto en libros.

—Son hermosas, ¿no lo crees?

Nine no respondió en seguida, continuó observando las estrellas sin poder comprender.

—¿Por qué estás mostrándome esto?— Cuestionó, volteando a ver a la erizo.

—Bueno... Como alguien que, al igual que tú, vivió bajo los cielos oscuros y deteriorados de New Yoke City, pensé que tal vez te gustaría ver un cielo despejado y limpio al menos una vez.— Explicó con una sonrisa.

Una mueca apareció en el rostro de Nine. Por alguna razón, sus explicaciones no lograban convencerlo.

—¿Cuál es la trampa?

—¿Trampa?— La androide se sintió ofendida.

Y entonces, Nine comprendió que no había trampa alguna. Una vez más, su vista se dirigió al cielo.

—¿Ves esto todas las noches?— Le preguntó, tratando de cambiar el tema.

—Es correcto.— Respondió ella —Suelo venir a verlas con Black Rose. Podría pasar horas aquí.

—En verdad te gusta vivir con los piratas, ¿eh?— Nine dejó que una sonrisa se dibujara en su rostro.

—Son mi familia.— Dijo con orgullo —No son como el Consejo... Me hacen sentir importante, que soy más que una máquina de matar.

—Eres más que eso sin duda.— Una vez más, el menor volteó a verla, aún sonriendo —Me alegro que hayas encontrado tu hogar, Rusty.

Rose dejó de observar al cielo para dirigir su vista hacia el vulpino, sintiendo una corriente eléctrica recorrer su cuerpo al conectar miradas.

Esa sonrisa era genuina, podía sentirlo; él realmente estaba feliz por ella.

El silencio se apoderó del lugar, siendo interrumpido únicamente por el ruido de las olas.

—Yo... Debo volver.— Titubeó, dándole la espalda —El capitán dijo que no tenía problema en que te quedaras a dormir... Te dejo.

Rusty Rose ya comenzaba a retirarse, pero sería interrumpida por Nine.

—Oye, tostadora.— La androide se detuvo sin dirigirle la mirada, aunque con eso era suficiente para saber que estaba escuchando —Gracias... Por mostrarme esto.

—Sabía que te gustaría.

Sin más, la erizo se dirigió hasta la puerta que permitía la entrada al Kraken y desapareció de la vista del zorro.

Nine se quedó observando la puerta unos momentos más antes de suspirar y dirigir su vista hacia el mar.

Ignorante era de que, mientras miles de preguntas invadían su cabeza, cierta murciélago lo observaba desde las sombras con una sonrisa divertida surcando sus labios.

—Así que... ¿El pequeño zorrito está enamorado? Uh, esto se pondrá interesante...

¿Continuará?

¡Hola, hola! ✌️

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¡Hola, hola! ✌️

Cuarto día de la Niusty Week publicado 💞 ¿Alguien despierto a estas horas?

Es el día más cortito hasta ahora, pero estén atentos, porque probablemente le haga una continuación. 😋

Nos vemos en la próxima actualización. ✨

Niusty Week 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora