Bebe

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Te he observado desde el primero segundo en el que tu corazón empezó a latir.
Era un espectáculo tan grande, tan hermoso verte crecer. Compartí todas tus inquietudes, miedos, alegrías, enojos, tristezas.
En los tiempos en los cuales cada ser humano tropieza varias veces en su vida, que una u otra e se deja caer, tu estabas ahí. Alumbrando todo mi Universo en un instante y el de los demás. 

Eras tan débil, tan frágil. Me hacías entender que la existencia humana es algo tan... hermoso, y más sentirla cuando te abrazaba y sentía que tu corazón palpitaba procurandote vida. 

Ese regalo que solo se otorga una vez en la vida y que es el primero en ser recibido a lo largo de ella misma. 

Nada sin ella. Todo con ello.

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Pero creciste y ya no podías estar cerca de mí todo el tiempo. Estaba predestinado desde que naciste y saliste al mundo. Desde ese maldito instante...

40 historias sin finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora