3. Daddy kink

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Ninguno de los dos esta seguro en que momento habían empezado a experimentar fetiches en el sexo. Pero a Frenkie le volvía loco cada que Marc se lo follaba de forma no convencional.

Estaba casi seguro que fue por aquella época donde ninguno de los dos tenía el compromiso con algún mundial o un club importante, probablemente por el 2014.

Nada cambio cuando se casaron tan solo un par de años después. Más allá del titulo de esposos, el anillo y la convivencia, ambos seguían disfrutando de su vida sexual. Hasta podían afirmar que con más descaro e intensidad.

Frenkie no podía concentrarse ante la visión de Marc desnudo, solo siendo cubierto por unos bóxers. No era la primera vez que lo veía de esa forma, pero su libido estaba al máximo, quería que ese hombre no dejará de follarlo toda noche.

Estaban llegando tarde a la fiesta de uno de sus amigos en común, y Frenkie estaba sin preocuparse por cambiarse o arreglarse.

–¡Frenkie! Se hace tarde, debemos irnos.

–O podemos quedarnos en casa y disfrutar de una noche cálida entre las sábanas. –El neerlandés se abrió de piernas. Dejando expuesto sus bragas blancas.

Oyó al alemán maldecir, Frenkie admiro en ese momento la fuerza de voluntad que tuvo su esposo. Quien solo dio media vuelta y se encerró en el baño, sin antes darle una advertencia.

De mala gana, no tuvo de otra más que obedecer y alistarse o ambos se envolverían en una pelea insignificante que ninguno tenía ganas de lidiar. Sin embargo, el rubio estaba seguro que se vengaría de aquel rechazo.

Y esa venganza llegó más temprano que tarde, cuando a Marc le hablaron del club de fútbol sobre un posible nuevo contrato. Frenkie se puso una camisa blanca que le llegaban un poco más abajo de medio muslo, un par de calcetas hasta arriba de las rodillas y unas bragas negras, que resaltaban su piel blanca y lechosa.

Acomodó la cámara del celular frente al sillón en un ángulo donde su rostro no apareciera, si no que enfocara específicamente de su pecho hacia abajo. Al estar en la posición adecuada, con las piernas abiertas dejando que se asomaran las bragas cubrir su miembro semi erecto.

Frenkie comenzó a pasar sus manos por sus muslos internos, apretándolos suavemente. Sus dedos delgados fueron desabrochando la camisa hasta dejar a la vista sus pezones levemente hinchados por la fricción y la excitación.

—Marc~ —Gimoteó.

Llevo dos dedos a su boca chupándolos y su otra mano hizo a un lado su braga para después llevarlos a su entrada y él solo comenzar a estimularse. Metiendo primero uno, y luego el segundo. Su cabeza cayó hacia atrás cuando rozó su próstata, arrancándole gemidos y jadeos con el nombre del alemán.

Su otra mano se entretenía a veces en sus pezones, jalándolos o estimulándolos con suavidad, a veces masturbaba su miembro desentendido.

—Mmm yes, daddy~

Marc sintió la sangre abandonar varias partes de su cuerpo y acumularse en su mejillas y en su polla. Causándole incomodidad. Castigaría a su esposo por enviarle ese tipo de videos. Cuando vio que le había llegado un video de él pensó que era algún video grabando a Jagger o algo parecido.

¡Nunca creyó que sería uno de Frenkie masturbandose! Viendose jodidamente hermoso con su camisa desabrochada y esas medias que se pegaban como una segunda piel a sus piernas. Tuvo suerte de quitar el video antes que cualquier compañero o peor aún, algún entrenador lo hubiese visto.

Al llegar a su casa, sentía que en cualquier momento explotaría, por la imprudencia de su chico o tal vez por aquella frase al final del video cuando el neerlandés llegó al orgasmo.

Entre sábanas y rosas | MarcfrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora