11. Serenata

284 21 12
                                    

⚠️traten de escuchar la canción junto al capítulo y tómense un momentito para visualizar su traducción.

«¿Qué le pasó? ¡Engordó demasiado!»

«No le basto con tener una pésima temporada, sino que se atrevió a quedar preñado»

«Ojalá que el Barcelona ya lo venda»

«¿Este embarazo será excusado como lesión también? Vergüenza debería de darle»

«¿Qué le vio Ter Stegen? Hay mejores que él»

Frenkie apretó el celular entre sus dedos con fuerza y enojo. Incapaz de seguir leyendo comentarios llenos de odio y señalamientos.

Es cierto, esa temporada no había sido la mejor, lesión tras lesión. ¡Pero él no quería lesionarse a cada rato! ¿Por qué la gente era tan cruel?

La primera lágrima cayó por su mejilla, seguida de la segunda y una tercera, hasta que de pronto, se encontraba llorando desconsoladamente en la mesa del comedor.

Frenkie sabía que era uno de los mejores en la plantilla. Incluso a principios de temporada era el más querido y alabado por todos, doliendo la primera lesión que tuvo.

—¡Papá Frenkie! ¿Por qué lloras?

Ben se acercó corriendo, abrazando su cintura desde su altura, el rubio lo apretó contra él y siguió llorando, mientras se hundía en su propia miseria.

—Está bien, bebé. —se limpió las lágrimas—. Tu tía Mikky ya casi llega, ¿ya tienes todo listo?

Aunque su niño era pequeño, era muy consiente que a su papi Frenkie algo le pasaba, él no lloraba tan fácilmente, y mucho menos por tristeza.

Sin embargo, su mente se distrajo cuando llegó su tía Mikky por él y no volvió a recordarlo sino hasta que papá Marc pasó por él en la noche.

—¿Cómo te portaste, Ben?

—¡Bien! Tía Mikky y yo vimos las dos películas de Monster Inc.

—¿Listo pasta ver a papi? —Marc arrancó el auto, pero al no recibir respuesta se volteó a ver a su hijo.

Encontrándolo con el ceño fruncido, perdido en sus pensamientos. ¿Qué preocupaciones podrías tener un niño? Más que nada si ese niño es su hijo.

Abrió la boca dispuesto a interrogar a su hijo, cuando este lo interrumpió.

—Papi Frenkie estaba llorando en la mañana. ¿Es por qué me porto mal? No quiero que papi llore por mi culpa.

—¿Qué? ¡No bebé!

Marc tuvo que apagar el auto de nuevo y pasarse a la parte trasera, abrazándolo para consolarlo. Sintiéndose consternado ante la confesión de su hijo, ¿Frenki había llorado? ¿Por qué?

Después de varios minutos de llanto, Ben cayó completamente dormido en sus brazos, entre el día ajetreado que tuvo y el llanto, las pocas energías que tenía se fueron en brazos de su padre.

Marc lo aseguró bien en la silla y se dirigió en silencio a su casa, hundido en un mar de pensamientos y preocupaciones. Apretó el volante entre sus manos, ese día habían llorado las dos personas más importantes de su vida.

Al llegar a casa, bajo con cuidado a Ben del auto, y solo después de asegurarse que estaba cambiado y bien arropado en su cama, se dirigió a su propia habitación.

El corazón se le estrujó al volver a ver su esposo acurrucado en las cobijas, con la cabeza escondida entre la almohada y la colcha.

En silencio se cambio y se metió junto a él, atrayéndolo hacia sus brazos, acariciando su vientre en el proceso. Frenkie de despertó ante el movimiento, su mirada adormilada se encontró con la del alemán; intensa y preocupada.

Entre sábanas y rosas | MarcfrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora