9. Belly Bulge

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Frenkie suspiró, el cumpleaños de Marc se acercaba, y él no sabía qué hacer para regalarle. ¿Qué podía regalarle a su esposo que no tuviera ya? Por momentos pensaba en hacerle una fiesta en la concentración del Barcelona, rodeado de todos sus compañeros y staff.

Pero sabía que el mayor preferiría quedarse en casa con él y Ben. De pronto, recordó aquella vez, cuando aún eran jóvenes y empezaban a experimentar durante su noviazgo su sexualidad, en uno de los cumpleaños del mayor, Frenkie le ofreció hacer lo que Marc quisiera.

Una decisión... Agridulce.

Después de eso, pensaba dos veces su ofrecimiento, debido a que, en esa ocasión, su incapacidad de entrenar e incluso jugar el partido que tenían esa semana, fue por ese ofrecimiento.

—¿Un gol por cada pensamiento tuyo? —su esposo se inclinó sobre él, recargando ambas manos sobre el respaldo del sillón.

Frenkie sonrió y se estiro para besarlo. Había sido una temporada muy difícil, tal vez, por esa ocasión, podía tomar una mala decisión y dejarse llevar. Ya después culparía al portero.

Al separase, el mayor restregó con suavidad ambas narices, un gesto que sabía que mataba de ternura al menor. Ambos sonrieron.

—Se acerca tú cumpleaños.

—Mhn —ronroneo en confirmación—. ¿Qué piensas darme?

—Tal vez el que vayas a dormir con Jagger —Frenkie le regreso el ronroneo con sarcasmo, provocando que el alemán soltara risas.

—Al menos dormiré bien acompañado.

Tan pronto como se dejó caer a su lado, Frenkie se subió a su regazo, haciendo una mueca de incomodidad, las lesiones que había tenido esos últimos meses lo estaban matando poco a poco.

—¿Te acuerdas de esa propuesta cuando éramos jóvenes y aun estábamos de novios?

—¿Cuál de todas cariño? ¿Aquella donde me dijiste que te casarías conmigo solo si te daba cinco hijos? o... ¿Aquella donde me propusiste marcarle a ese jugador de Borussia Mönchengladbach mientras teníamos relaciones sexuales solo porque te pusiste celoso?

Un sonrojo subió por el rostro del menor, recordando esa ocasión, ciertamente, el imprudente y atrevido siempre ha sido él, aunque no lo parezca. Terminó por golpear el pecho de su esposo con fuerza, provocando que soltará un gemido de dolor.

—¡Marc!

De vergüenza estaba por bajarse del regazo contrario, cuando dos manos lo tomaron de las caderas con fuerza reteniéndolo en su lugar.

—¿O aquella en mi cumpleaños, donde te ofreciste como regalo y harías todo lo que yo te ordenara?

Ambos se observaron por varios minutos, Marc con una sonrisa divertida en su rostro, y Frenkie con un sonrojo que cubría desde su cuello hasta sus orejas.

—¿Te volverás a ofrecer como voluntario? Sería el mejor regalo que me den, aunque si quieres hablarle al imbécil de Christensen mientras tenemos relaciones no me molestaría.

—Andreas es mi mejor amigo, sin mencionar que él está casado...

La nalgada que le dio no solo hizo que se callará de golpe, sino también lo hizo saltar en su lugar, provocando un ceño fruncido en el mayor. Frenkie y Andreas eran muy cercanos, mejores amigos en el club, y era común verlos juntos casi siempre.

Él era una de las dos personas que podía podían poner celoso a su esposo. No quieren adivinar al otro.

—Silencio. Tal vez deba adelantar mi regalo de cumpleaños.

Entre sábanas y rosas | MarcfrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora