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Denji se observaba frente al espejo del baño, con lagaña en los ojos. Abrió el grifo del lavabo y se enjuagó la cara, preparándose para la reunión que tendría con Mendu, Riga y quienes se unieran a ellos.

Salió del baño y se dirigió hacia la puerta. Un perro se interpuso en su camino, y Denji lo apartó con su mano. "A un lado, no tengo tiempo para jugar", le espetó. El perro persistía, pegado a su pierna, pero finalmente se retiró ante los repetidos gestos de rechazo.

-Nayuta, ya vuelvo, voy a salir con unos amigos -anunció Denji mientras abría la puerta-. No estaré fuera hasta tarde, no te preocupes.

-¡Denji! -exclamó Nayuta, y Denji se volvió para mirarla-. ¿Me llevas contigo?

Nayuta extendió sus manos hacia él, con una sonrisa en el rostro, sentada en el suelo mientras veía la televisión. Denji no pudo sino rechazarla.

-Nayuta, si te llevo, ellos se molestarán conmigo -Denji se rascó la cabeza-. No te conocen, y solo me invitaron a mí.

-Eres malvado, Denji. Pensé que ya habías dejado atrás esa actitud de adolescente deprimido.

Nayuta hizo un puchero, tan falso como la burda imitación de fragancia que Denji tenía como perfume.

-¿Qué te parece si mañana vamos los dos al cine?

-Eso está bien. Los dos solos, como en los viejos tiempos.

Para Denji, esto no tenía sentido.

-Solo fuimos juntos al cine una vez, y fue con Shinobu... -comentó Denji con desánimo.

-No fui en mi vida anterior, quien te llevó por primera vez como me contaste, cuando era tu jefa en Seguridad Pública.

-Si lo pones así, tienes razón.

Denji recordó su salida al cine junto a Makima; ese día no pudo dormir por la emoción.

-Además, es como si tuvieras una cita, ¿cierto?

-Supongo... De todas formas, es una salida de amigos.

-Lo que sea.

-Entonces me voy.

-Espera -Nayuta se puso de pie-, antes de que te vayas, tengo que informarte de algo. Hay un demonio que ha estado rondándote, es bueno ocultando su olor... Solo hay pocos que pueden hacer eso. Creo que te están tendiendo una trampa, Denji.

Denji abrió la boca de la sorpresa.

-¿Cómo?

Nayuta sacó una pastilla de su bolsillo.

-No importa de dónde saqué esto, Denji. No me contestes, es obvio. Pero eso no importa ahora, debes estar atento en los próximos días, podría estar esperando el momento ideal para atacar.

Mendu formaba remolinos moviendo una cucharita en un vaso de agua mientras esperaba. Alguien se sentó frente a él, y Mendu detuvo su juego. Era Denji. Riga lo saludó primero, y luego él hizo lo mismo. Luego ordenó comida para los tres y unas cervezas.

-Denji, dime, ¿hasta qué hora piensas quedarte hoy? -preguntó Riga.

-No muy tarde. Hay gente que me espera en casa, ya sabes.

-Ah, tu hermanita, ¿verdad? -dijo Mendu-. Me gustaría conocerla algún día, para comprobar si es tan lista como dices.

-Ella es muy lista. Pero no te la voy a presentar, ya la conocerás pronto.

Mendu sonrió, sus ojos fijos en el vaso de agua mientras seguía jugando con la cucharita.

-A mí también me gustaría conocerla, ¿Nayuta, verdad? -preguntó Riga.

Conflicto de intereses NayutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora