5.1

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-Denji, ¿no puedes dormir? -preguntó Nayuta.

-No. Solo, no quiero seguir aquí -dijo Denji con tristeza.

-¿Y a dónde quieres ir?

-Creo que quiero regresar al lugar donde solía vivir.

-¿Me vas a llevar contigo? -preguntó Nayuta con curiosidad.

-Claro, no te podría abandonar. Pero dime, ¿tú quieres venir conmigo? Tal vez prefieres quedarte aquí y no alejarte de tus amigos, podría mandarte dinero.

-No digas tonterías, Denji. Solo me importa estar a tu lado... Lo demás no me interesa para nada.

-Venderemos este departamento y compraremos otro. Creo que a los perros les gustará.

-Y dime, Denji, ¿qué te ha motivado a alejarte de la ciudad?

-No lo sé.

-¿Quieres volver a cazar demonios, verdad?

-¡Qué! De ninguna manera, irían tras ti si descubren eso. Me informó Yoshida de que mientras exista esa iglesia del Chainsaw Man, lo mejor es no mostrarme hasta que la desmantelen. Igualmente, no tengo idea de cuánto tiempo demorarán en hacerlo.

-Denji. A mí me gustaba verte pelear, soy una gran fan tuya. Si debemos huir del gobierno, no me importaría hacerlo y dejar atrás todo.

-No es tan fácil como lo dices. ¿Cómo podríamos mantener a los perros y al gato si estuviéramos huyendo?

Denji no quería poner fin a la felicidad que sentía Nayuta. Ella tenía que ser feliz, como no pudo serlo Makima. Él no importaba, solo Nayuta; eso era un mártir y él estaba dispuesto a serlo.

Nayuta se acercó a él y lo envolvió con sus brazos. Denji podía sentir las exhalaciones de ella sobre su cuello, cómo enlazaba su mano con la suya.

-Tienes los dedos fríos -susurró-, tendremos que comprar sábanas nuevas, estas ya son viejas.

El corazón de Denji se aceleró, quería apartar su mano, pero Nayuta la sostenía con fuerza.

-Estás nervioso, Denji. Yo te dije que aprendieras a controlarte. ¿Qué te pasa últimamente, no puedes estar cerca mío sin que parezcas un ratón asustado?

No solo era su cuerpo, también su voz se asemejaba a la de ella, incluso en la forma en que lo intimidaba. Tenerla cerca, como si otra vez estuviera a su merced, los perros alrededor. ¿Acaso había llegado al mejor lugar del mundo? No. La sangre de Power, la torta por su cumpleaños, todo aquello ya había pasado.

-Makima. ¿Acaso eres tú? -preguntó con incredulidad.

-¿Quién? -dijo Nayuta, mirándolo fijamente con sus ojos dorados.

-Olvida eso.

Pero Nayuta no lo olvidaría. Ella ya lo había observado. Fue en esa fotografía que Denji olvidó sacar de su pantalón al regresar de la escuela, pensaba poner a lavar la ropa sucia ese día. En la foto pudo ver su rostro, sus ojos, su cabello, con seriedad y llevando un saco negro. Nayuta nunca se había tomado una foto con saco, y sabía que el rojo en su cabellera significaba la maduración completa de su cuerpo. Esta era ella sin ninguna duda. Su mente regresó al parque donde vio a Denji por primera vez, estaba el viejo y los perros junto a varios niños jugando y corriendo. Podía sentir cómo el dedo de Denji estaba dentro de su boca y ella lo presionaba con los dientes. Mirarlo fijamente mientras él tenía temor y "perrito". Puso la foto de vuelta en el pantalón.

-Me acabas de llamar por otro nombre, ahora me tienes que contar quién es esa mujer -exigió Nayuta.

-Ella es -Denji no podía mentirle a Nayuta sin que ella no lo descubriera-, es una antigua jefa mía. Eso es todo.

Conflicto de intereses NayutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora