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Marcaron las seis en punto, y el grupo de amigos se encontraban ya reunidos frente el lugar que había sido inaugurado hace poco a excepción de uno de ellos, siendo el peculiar Gojo Satoru. Era Suguru quien se agarraba de las muñecas nerviosamente, sabía bien que su mejor amigo en ocasiones se le pasaba el tiempo pero ese día se sentía más preocupado por el albino.

—¿Sí vendrá?—

Preguntó Nanami de brazos cruzados, junto con las miradas curiosas de Shoko y Haibara. Shoko le daba una última calada a su cigarrillo mientras que el otro mencionado anotaba en una lista de papel todas las canciones que planeaba cantar esa noche. Geto no hizo más que encoger los hombros y encender su celular, buscando entre sus contactos favoritos el número de Gojo.

Le marcó e inmediante le respondió Satoru, aunque este estaba en silencio y solo se podía escuchar el aire del alrededor.

—¡Te estoy viendo Suguruuu!—

—¿Eh?—

Preguntó al otro lado de la línea hasta que fue consciente que el grito se escuchó cerca, se giró de espaldas encontrándose a Gojo Satoru corriendo a su dirección con el cabello despeinado, con una sudadera negra y unos pantalones blancos. Hasta que se acercó lo suficiente al grupo de amigos saludándolos a todos. Apoyo su brazo en el hombro de su mejor amigo le miró con una sonrisa burlona.

—¿En qué te habías metido, Satoru?—

—No lavé los trastes ayer, me tocó lavarlos todos hoy y ayudar a Megumi con sus tareas—

El albino suspiro y el de cabellos azabaches negó con la cabeza con una sonrisa en su rostro, sin sorprenderse mucho por las acciones de su mejor amigo. Sin más que decir el grupo de amigos entro al local en busca de divertirse aquella noche, pagaron por un pequeño salón en las próximas dos horas. Todos se veían ligeramente emocionados a excepción de Nanami quién inmediatamente tomó asiento en uno de los sofás.

Aunque Shoko luego trajo botellas de alcohol y otros snacks para encender el ambiente.

—Oh no, yo no beberé—

—Ay Satoru, una vez al año no hace daño—

Shoko le ofrecía un shot para iniciar al albino que no era muy fan del alcohol, le disgustaba mucho por el sabor amargo de este. Buscó auxilio en sus amigos pero estos evitaron los orbes azules.

—No te preocupes, yo no tomaré y me encargaré de que no hagas ninguna pendejada—

Trato de aliviar Geto poniendo su mano en el cabello ajeno y desordenando este con ternura.

—Yo tampoco. Además confío en que somos los más responsables para tratar con ustedes—

Mencionó Nanami con una sonrisa muy pequeña en su rostro, mientras se levantaba del sofá y ayudaba a Haibara encontrar la canción que quería cantar. Con esto dicho Gojo tomó el vaso de vidrio y dio el trago, sentía como por su garganta pasaba ese líquido que le estaba quemando.

—¡Yay! Ahora sí a cantar—

Una Shoko emocionada se paró a lado de Haibara tomando dos micrófonos, cantando algo animado para iniciar. Nanami estaba sentado en uno de los sillones aplaudiendo un poco siguiendo el ritmo de la canción, Gojo les servía como bailarín de fondo y Geto gritaba ocasionalmente animando a sus amigos. El ambiente era divertido en poco tiempo no faltaron las risas ante los cantos torpes y los gallitos que se le salían al pobre Haibara.

El grupo de amigos se la estaba pasando bien.

—Nanami, si cantas me tomó dos shots—

Apostó Gojo teniendo en cuenta que su amigo no sería capaz de ser tan malo con él, además que no creía que cantaría. Grave error pues el rubio lo miró con maldad extendiéndole la botella y sirviéndole el mismo seguidamente se levantaba del sillón y buscaba una canción.

Nos volveremos a ver. [SatoSugu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora