Capítulo 0

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Corría el año 1640. En el castillo de su padre se ofrecía una fiesta en honor a su cumpleaños número 16, la edad perfecta en la que a los miembros de su familia les era revelada la verdad de su origen. Él, Joo Jaekyung; hijo del conde, quien se autoproclamaba todos los títulos de alto poder en el pueblo, era una criatura extraordinaria.

Un ser superior, uno que debía alimentarse de la sangre de los más jóvenes y sanos, dejando de lado a los enfermos y los ancianos débiles para mantenerse con vida. Podía elegir a su mejor presa, podía tener a sus pies todo aquello que deseara. Su padre le explicaba a detalle que él asumiría su posición en algún momento, un día que todavía no podía presagiar puesto que no tenía el poder para ver el futuro, igual ya había vivido durante casi 600 años y sabía bien cómo cuidarse.

—¿Entonces somos vampiros? — el joven Jaekyung había escuchado relatos sobre eso con sus compañeros y profesores en las plazas locales. Los profesores eran viajeros que iban de pueblo en pueblo contando historias de sus encuentros con extrañas criaturas.

—Suena como un nombre muy vulgar hijo mío. Acompáñame— su padre le colocó la mano sobre el hombro y le llevó con él hasta una de las torres donde no tardó en mostrarle artísticas pinturas en las que le presentaba a los miembros anteriores de su familia—. Somos seres superiores, seres que casi no tienen debilidades, somos inteligentes y podemos utilizar la dulzura de nuestro aliento para que cualquiera caiga a nuestros pies. La sangre humana nos revitaliza, nos ofrece una vida larga, salud y fuerza. Somos seductores y expertos en la manipulación por lo que comer no es tarea difícil. Hemos mutado con el paso de los años y ahora resistimos la luz del sol, podemos sobrevivir apenas con pequeños sorbos, pero en las noches de luna llena debemos succionar la sangre de al menos dos personas. No importa a quién elijas, sólo debes asegurarte de que sea saludable ¡Hoy es el día hijo mío! Tu primera noche de caza, ve y consigue a la presa de tu elección.

Jaekyung miró en dirección a la luna llena, entendió el hambre insaciable que sentía en últimos días, comprendió la exquisitez que experimentaba al beber aquella mezcla espesa y roja que su padre le ofrecía en otras noches como esa.

Hubo en su mente una revelación; su padre había conseguido la comida para él durante 15 años enteros, pero este era el momento para actuar por sí solo.

Regresó a la fiesta luego de tal revelación.

Gracias a su atractivo físico y su porte le era fácil hacer amigos, pensó en la pereza que le provocaba tener que salir en búsqueda de una presa, así que tal y cómo su padre le explicó; hizo uso del poder de sus ojos y su dulce aliento para embelesar a la tierna Bin Yang mientras bailaban. La sostuvo por las caderas, le hizo girar en la pista unas cuantas veces y cuando le susurró su nombre, ella cayó rendida a sus pies. Sus amigos no tardaron en decirle que hacían buena pareja y les dieron espacio para que estuvieran a solas. Mientras la chica buscó sus labios, él mordió su cuello, un poco de sangre roja y tibia le escurrió por la boca y él succionó hasta la última gota. Cuando un saco de huesos cayó en el suelo, escuchó una respiración agitada a sus espaldas, era como si cada uno de sus sentidos se hubiera agudizado dándole la habilidad de percibir cualquier cosa.

Se movió velozmente y descubrió a su buen amigo Hui Hank, un voyerista que buscaba ver algo más que a su cena. Hizo lo mismo con él, le encantó con su voz hasta dejarlo entorpecido con el brillo de sus ojos rojos que resaltaban entre la obscuridad. Le encajó los colmillos y repitió la acción hasta verle perder el color y la fuerza.

Pronto tuvo dos sacos de huesos junto a sus pies. Al volver en sí luego de su festín, se sintió arrepentido, pero extrañamente satisfecho. Lleno de energía y vida.

—Lo has hecho bien querido hijo.

—Pero padre... ellos eran mis amigos- miró horrorizado.

—Esa es la cuestión, los seres como nosotros no podemos perder el tiempo con sentimentalismos absurdos, nuestros amigos pueden ser también nuestro alimento y la culpa es algo de lo que debemos prescindir.

Silent Night (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora