Capítulo 4

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Creyó que escuchaba el tintineo de unas llaves, por eso revisó en su bolsillo y confirmó que las llaves de las dos puertas seguían con él. Tras los segundos de duda, nuevos sonidos rompieron con su concentración, no sabía si eran sonidos reales o imaginarios, quizá la sugestión ante la ausencia de Yoon Gu y la soledad inminente estaban empezando a hacer de las suyas.

Cuando retomó la tarea de escribir para darse prisa, persuadió un nuevo ruido, el de unos pasos que bajaban los escalones que él y su editor habían cruzado antes para ir hasta ahí. Esto último sí que le heló la sangre. Dejó la silla en la que se encontraba y caminó presa del pánico hasta la segunda puerta de la cripta diciendo el nombre de su amigo para confirmar si se trataba de él.

Ante el silencio que le respondió, casi se le detuvo el corazón y dio un par de pasos más para acercarse y mirar.

Dio con el verdadero culpable de su pánico, un cráneo se había desprendido de la pared y había rodado hasta los pies de la puerta de hierro dejando un reguero de dientes que se le habían salido como producto de la caída.

Con cierta repulsión tomó el cráneo y lo colocó sobre la mesilla que usaba para escribir. Decidió no tocar los dientes pensando en que alguna vez pertenecieron a alguien que vivió hacia cientos de años.

La quietud y la calma que había mantenido con éxito desaparecieron dando paso a la incertidumbre y a la persistente sensación de peligro inminente.

Corrió hasta la laptop para cerrarla y la metió dentro de la mochila.

Apagó hasta la última vela y se ayudó con la linterna del celular, no habían pasado ni 20 minutos desde que Yoon Gu se fue y él sentía como si hubiera sido una eternidad.

Le tocaría romper su promesa y dejar todo en desorden. No le daba la vida para recoger las velas y cerrar la puerta de hierro por lo que sólo corrió escaleras arriba y llegó hasta la puerta de barrotes que conectaba con el exterior, le dio dos vueltas a la llave y cerró para luego tener complicaciones en sacarla.

Al final, lo hizo. En efecto, el clima había empeorado, de pronto recordó la sudadera que se había quitado dentro de la cripta y se propuso soportar el frío con tal de no tener que bajar de nuevo hasta ahí.

La noche lo golpeó con una ventisca helada y pensó que estaba alucinando cuando detectó una voz que susurraba en una lengua extraña. Las piernas se le paralizaron y en lugar de correr permaneció expectante. Deseaba que las nubes liberaran a la luna para poder correr hasta el auto sin tropezar ni perderse en el camino.

Algo, o, mejor dicho, alguien se acercó hasta él para derribarlo, lo sacudieron con violencia para tratar de someterlo, Dan luchó con todas sus fuerzas para escaparse de lo que fuese que lo estuviera reteniendo en contra de su voluntad, cuando una nube se movió, pudo apreciar bajo la luz pálida de la luna y percibió los dientes de su atacante, un ser... un maldito ser maligno cuyos ojos se movían en diferentes direcciones, tenía los ojos muy abiertos y lanzaba mordidas iracundas al aire. Trató de inmovilizarlo, le observó debatiéndose entre sus brazos intentando alcanzar su cuello y con toda la fuerza que le fue otorgada por la desesperación consiguió sostenerlo con un brazo, sólo hasta que sintió una presión en el cuello, algo le mordía, algo le asfixiaba.

Después, una nueva presencia arremetió contra el ser que le atacaba, les escuchó pelear entre sí y cuando las nubes se despejaron pudo apreciar una figura conocida, ese era Joo Jaekyung que atacaba a un ser vestido de negro y con una horrible calva que brillaba bajo la luna. Sintió su sangre tibia escurriéndole por el cuello, se presionó la incisión con la mano y cayó de rodillas sin poder procesar lo que veía.

Joo Jaekyung tenía enormes colmillos y golpeaba a ese otro ser, le propinaba daños irremediables, le veía a punto de cortarle la cabeza y cuando creyó que esto pasaría, se cubrió el rostro para no ver nada más.

Silent Night (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora