Capítulo 3

891 126 36
                                    

Escribía y borraba las mismas líneas, regresaba al archivo anterior y releía lo que escribió antes de sus intentos fallidos de corrección. Jeong Yosep estaba en lo cierto, había algo raro cuando leías la historia con detenimiento y prestabas atención a la enunciación de los diferentes escenarios. Le asustaba ser presa de sus propios pensamientos y empezar a perder la motivación, así que intentaba escribir todas las mañanas cuando tenía las ideas frescas, también lo hacía antes de dormir cuando su pensamiento creativo elegía ser activo y manifestarse de forma impulsiva durante la media noche.

Yoon Gu estaba comiendo galletas junto a él y como si se tratase de un anciano cambiaba las páginas del periódico con suma concentración.

De la cocina provenían diversos sonidos como resultado de su abuela haciendo una limpieza profunda mientras él intentaba imaginar aquella cripta de la que tanto había escuchado hablar.

Recordaba esos días de secundaria, en especial uno donde sus compañeros se reunieron en círculo para murmurar sobre la muerte de Oh Daehyun, un tipo que vendía hierva en las orillas de la aldea, ese lugar que colindaba con la carretera. En ese entonces no supo si fue verdad o no. Recordaba el relato casi a la perfección; alguien había llevado el cuerpo de Oh Daehyun hasta la cripta, en ella se había encontrado con una entorno lúgubre, oscuro y mal oliente. De sus paredes caían los esqueletos del año 1800 y los pies se le atoraban en el fango lleno de gusanos, olía a putrefacción y azufre y cuando encendió una vela para iluminar y ver un poco, alguien sopló para apagar el fuego.

Esa leyenda tomó fuerza y mejoró con el tiempo donde ya no sólo se hablaba de esqueletos en las paredes, sino de voces siniestras que te ordenaban huir de ahí.

—¡Dan! — cuando volvió a la realidad, su abuela y Yoon Gu le gritaron al mismo tiempo.

—¿Estarás escribiendo todo el día? Por fin tenemos un día soleado, deberíamos dar un paseo por la aldea— su abuela tenía mejor semblante, esto le hizo cerrar la laptop y mirarla a ella. Escuchando su petición sobre el paseo.

—¿Cuál es tu idea? — preguntó, observando que Yoon Gu no parecía especialmente motivado por recorrer un lugar que en tres días no había conseguido despertar su interés en lo más mínimo.

—Vamos a los pasillos de los comerciantes. A veces tienen cosas interesantes, también hay una mujer que vende postres de un sabor muy agradable.

—¿Postres? — al fin. A Yoon Gu le gustó la idea.

Subieron al auto y Dan tuvo un par de complicaciones para encontrar un buen lugar en dónde aparcar, no porque hubiera muchísimos más vehículos sino porque las calles eran tan estrechas que no encontraba la forma de acomodarse correctamente.

Su joven editor se ofreció para bajar con su abuela y los vio alejándose, ella apoyada en el brazo de Yoon Gu, sonreía y le mostraba distintos puestos de recuerditos.

Cuando por fin encontró un lugar con espacio suficiente, bajó del auto y creyó ver una especie de alucinación, creyó que se trataba de Joo Jaekyung quien iba caminando con algo entre las manos, fue extraño e inquietante dado que él iba en dirección contraria a la de los negocios de los comerciantes, se estaba adentrando entre la lejanía de los arbustos.

Un buen momento para volverle a sorprender e intentar pedirle la llave.

—¿Jaekyung?

Cuando lo llamó, vio que de entre sus manos salieron volando dos pajarillos pequeños. Jaekyung no se giró para mirarlo.

—¿Si?

—¿Tiene un minuto?

—Ahora no puedo.

—Por favor, será sólo un minuto— le tomó por el hombro para hacer que se diera la vuelta, el más alto se cubrió la boca con la mano derecha y uso la izquierda para sacar un cubre boca de su chaqueta.

Silent Night (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora