CAPÍTULO 3

56 14 0
                                    

ZOE

¡Dios santo! Que mala suerte...

Por cómo salió corriendo, dudo que quiera volver a verme y lo entiendo. Es un hombre libre, sin compromisos y yo...

Suspiro hondo, una pena, me hubiera gustado...

¿Pero que pienso? Debe tener mujeres de sobra, para fijarse en alguien como yo.

Es mejor así, tampoco estoy preparada para un hombre como él, Thiago es...

-Mamá...- llama mi atención Leo, está por terminarse el bocadillo, yo en cambio, no tengo hambre, se me ha cerrado el estómago- Ese tipo de antes...- hace media hora que se fue y no ha parado de preguntar por él, aunque dejé claro que solo es un amigo, no parece convencido y sigue insistiendo- ¿Te gusta? – no puedo evitar sonrojarme, es demasiado perceptivo.

-Cariño, ya te dije que es un amigo...- miento, otra vez. Por mucho que quisiera, apenas nos conocemos... Aun así, deseo verlo, que me bese y toque de nuevo...

-Parecía interesado en ti...- casi me atraganto con mi propia saliva.

-No digas tonterías...- una risa nerviosa, escapa de mis labios... ¡Ojalá fuera cierto!

-A ti... ¿Te gusta? – tan directo como siempre, una virtud que valoro, pero no, en momentos como éste.

-Hace fresco, deberíamos volver...- trato de desviar su atención, pero es demasiado listo.

-Mamá...- me levanto con una sonrisa.

- ¡Vamos por un helado! ¿Te parece? – sonríe de vuelta ¡Bien! Ha funcionado.

-Vamos...- recogemos los enseres, compramos el helado y lo comemos de camino al coche.

No para de hablar sobre una serie de anime que está viendo y lo escucho en silencio...

Thiago, no sale de mi cabeza, se veía tan bien sin camiseta... Sus pectorales y abdomen, eran perfectos... Nunca había visto unos, tan trabajados, sin olvidar su trasero o el bulto de su...

¿Qué estoy pensando? ¡Menos mal, que Leo, no puede leer mi mente! Mis pensamientos y deseos, no son aptos para ningún niño.

En definitiva, Thiago es demasiado perfecto, no me extraña que paguen por su compañía...

Mi ánimo decae, nunca podré tenerlo y, ahora que sabe de mi hijo, perderá su interés.

Suspiro, abatida. Me hubiera gustado conocerlo mejor, llegar a más...

Ya no hay remedio, soy quién soy y estoy orgullosa, tanto de mí como de mi hijo. Si algún día, rehiciera mi vida, tendrían que aceptarnos a ambos.

Llegamos a casa, nos duchamos y vemos televisión, pronto tendré que hacer la cena, mañana es lunes y hay que madrugar.

Mientras pelo unas papas, sigo dándole vueltas a lo mismo...

¿Debería llamarlo? Pero... ¿Qué le digo?

¡Maldita sea! Nunca debí quedar con él...

Al final, no lo hago. Termino la cena, comemos y lo acompaño a la cama.

-Hasta mañana, mamá...- me da un beso en la mejilla y yo uno en la frente.

-Hasta mañana, cariño...- me abraza con fuerza.

-Te quiero.

-Yo también te quiero, Leo...- nos quedamos así, unos segundos. Lo tapo, me levanto y apago la luz, antes de ir a mi habitación.

Date ExperienceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora