CAPÍTULO 20: "Brillo"

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Emmett y Carlo se habían vuelto mis más grandes apoyos, no solo físicos, sino emocionales, los demás me ayudaban, pero la mayoría lo hacía con incomodidad. Estaba bastante claro cuál era su opinión respecto al tema.

En este momento me encontraba en el consultorio que mandamos a hacer para esta situación. Un fuerte dolor me había despertado en la noche, tal parece que esto va empeorando para mí cada vez más.

Carlisle: Tienes la costilla rota, no está astillada, al menos. — Su tranquilidad me daba consuelo, pero no lo que más necesitaba.

Edward: Aún. — Volteó a verme. — Te está rompiendo los huesos, te está destrozando desde adentro.

___: Lo sé. — Lo miré con una sonrisa que más bien debió haber parecido una mueca.

Edward: ¿Y aun así vas a seguir con esto? — Miro a Carlisle, interrogativo. — ¿Hay manera de que su parte humana muera y no ella? — Carlisle pareció pensarlo.

Carlisle: Sí. — Hablo con optimismo. — Tendría que hacerse como si fuésemos a convertirla, si logra resistir hasta que saquemos al bebé, sería como convertirla en neófita.

Mi sonrisa se borró, no quería apagar esos ánimos, pero tampoco podía dejar que sus esperanzas en mi sobrevivencia crecieran.

___: No es tan fácil.

Edward: ¿Por qué? Encontramos una solución. — Podría jurar que vi una pequeña curvatura en sus labios.

___: Si me inyectasen con su veneno, sería como inyectarlo a un cadáver. Para que funcione debe ser el veneno de mi progenitor.

Edward: ¿Cómo qué progenitor? — Miro a Carlisle.

___: ¿Quieres sentarte? — Edward, aun con esa mueca entre molesta y confundida, se sentó. — Mi madre era una mujer casada, vivía en Italia en un pueblo bastante pequeño. — Comencé con el relato. — Mi padre era un nómada que paso por la aldea, pero al ver a mi madre quedó he cantado con su belleza. Una noche en la que ella olvidó lo que él era, quedó embarazada. Ambos optaron por quedarse con el bebé. Según me contó mi madre, su embarazo no fue para nada como está siendo el mío, supongo que por el hecho de que ella era completamente humana.

— No pienso meterte más ideas en la cabeza contándote el embarazo de mi madre, aunque si debo decir que fue mil veces peor que el mío, la cosa es que al final nací yo. No pueden hacer lo que dijeron por qué necesito el veneno de la persona que prácticamente creo mi parte vampiro, y para eso deben encontrarlo. — Carlisle pareció entender todo.

Edward: Entonces lo buscaré. — Se levantó. — Yo, yo lo haré y estarás bien.

___: Edward.

Edward: ¡¿Qué?!

___: A mi padre lo maté hace siglos. — El silencio reino en la habitación. Carlisle se fue para brindarnos más privacidad. — Edward, lo lamento en serio.

Edward: No puedo vivir sin ti. — Ahí estaba, otra vez, esa expresión enojada y dolida. — Si te matará. — Se detuvo un poco. — ¿Piensas que podría siquiera tolerarlo?

___: Edward tomé esta decisión conociendo los riesgos. Por favor, acéptalo, este bebé te necesitará. — Se formó un nudo en mi garganta.

Edward: ¡Por qué no me diste elección! — Se giró nuevamente hacia mí. — Íbamos a compartirlo todo, no lo olvides. Pero tú decidiste esto, tú decidiste dejarme.

___: Jamás podría dejarte, pero.

Edward: Pero no hay otra forma de verlo, porque yo te perderé. Y yo no lo elegí, no lo elegí. — Se fue a paso rápido para azotar la puerta, mis lágrimas estaban botando de mis ojos, mi corazón se sentía débil, y mi mente aún más.

Guerrera Escarlata - Edward Cullen y Tu -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora