Guerrera Escarlata - Edward Cullen y Tu -

CAPÍTULO 10: "¿Qué cosa?"

Eran las 12 de la noche, la morocha se encontraba dibujando en su terraza, con la luna como luz de noche. Sintió la presencia de cierto vampiro encantador.

___: Empezaba a creer que no vendrías.

Edward: ¿Y perderme de la magnífica compañía?

___: Bueno, no lo sé, tú dímelo, te veías molesto conmigo.

Edward: Porque dijiste que esperarías, y resulta que te quieres ir antes de tiempo. - Se acercó a la morocha.

___: No lo entenderías. - Dijo levantándose para irse, pero una mano la detuvo.

Edward la pego a él, centímetros son los que los separaban, sentían el aliento del otro chocar contra su cara, ___ solo miraba los ojos penetrantes de Edward, tenían un color oro obscuro, no como el color que presentaban cuando tenían sed, era más de deseo.

El cobrizo se acercó aún más a la morocha, casi conectada sus labios.

___: Edward, por favor no. - Dijo aguantando las ganas de besarle, de entregarse a él cómo lo había deseado por mucho tiempo.

Edward: Por favor, déjame probar tus labios.

___: Sí. - Titubeo. - Si te dejara no podría controlarme después.

Edward: No lo hagas.

___: No, cumpliré mi promesa, cuando dejes a Bella podre hacer todo lo que he deseado contigo, pero no antes.

Edward: Solo uno, te lo pido.

Como si le hubieran lanzado un hechizo ___ por fin se deshizo de la distancia que los separaba juntando sus labios con los de Edward. El beso comenzó a subir de tono, haciendo que ___ se apartara.

___: Listo, cuando cumplas tu parte, seguiremos con libertad.

Edward: - Solo sonrió. - Cuéntame, que fue lo que hiciste todo este tiempo.

___: Fui a España, tengo una casa ahí, así que vivo por algún tiempo.

Edward: ¿Por qué tener tantas casas si no te vas a quedar?

___: No tengo tantas además cuando me voy las rento. Y no es como que vaya a vender mis cosas, mi castillo sigue intacto.

Edward: ¿Tienes un castillo?

___: Sí, no muy grande, pero sí. Está oculto en el bosque, en escocia.

Edward: Bueno, cada día me sorprendes más.

___: ¿Por qué?

Edward: Por nada, pero sí que eres maravillosa.

___: - Se sonrojó. - Bueno, ya es un poco tarde. - Volteó hacia uno de los relojes digitales que se encontraba sobre una mesilla. - Mejor dicho bastante. ¿Quieres algo de comer? O te gustaría dormir.

Edward: ¿También puedes hacer eso?

___: Sí.

Edward: Vamos a dormir.

___: Bien, entonces entra, esta es mi habitación, ya para qué te digo si has estado aquí.

Edward: Lo siento.