Siempre que miraban a Marsh Danielle pensaban en una Alfa soltera por toda su vida, la razón era simple. Su personalidad.Aquella Alfa no era dominante y ruda como los demás, no, ella no era esa clase de Alfa.
Danielle era suave y delicada, amante del color rosa y de las cosas tiernas, así era Marsh Danielle, la Alfa Omega como solían llamarle de burla.
Danielle era diferente, pero eso no le importaba, ella era feliz, de esa manera, siendo ella misma y no teniendo que fingir alguna actitud dominante y posesiva con una Omega.
Si algo odiaba Danielle era que los Alfas siempre se creyeran superiores a los Omegas, Danielle siendo una Alfa sabía que todos merecían los mismos derechos.
Aunque claro, las mismas Omegas se encargaban de rechazar a Danielle, creían que esta no podría defenderlas del mal, creían que incluso Danielle sería la pasiva al momento de hacer el amor. Eso no era cierto y jamás lo sería.
Si, Danielle era muy consciente de lo que escuchaba a cada rato, ella no era ninguna pasiva, solamente tenía diferentes actitudes y eso era todo.
—Cachorra, vamos, despierta que tienes que ir a estudiar.— Dijo la Omega desde la puerta de la habitación de Danielle.
—¿Omma? Buenos días-Dijo Danielle despertando de golpe al ver a su madre.
—Cariño, tu madre y yo te estamos esperando abajo para desayunar, báñate y vístete rápido.—
Dijo la Omega sonriendo.La Omega se retiró de la habitación de su hija y cerró la puerta detrás de ella, mientras Danielle se levantó con una sonrisa en su rostro, quitó su pijama y se dirigía a bañarse.
Era otro día como cualquier otro, aunque claro, Danielle disfrutaba al máximo su vida sin amarguras ni nada que la hiciera sacarse de
quicio.Si, Danielle tenía ya veinte años y aún vivía con sus madres, escuchaba a sus demás compañeras burlarse de ella porque aún vive bajo el manto de ellas.
Según los demás, un Alfa antes de esa edad ya debería haber buscado un hogar propio, comenzar a cortejear a los Omegas y comenzar con su propia familia.
No, Danielle no quería eso, aún no, quería ir lento y despacio, no quería asustar a la Omega llenándole de cachorros y obligándola a hacer lo que quisiera. Danielle no era así.
Cómo siempre, comenzaba su rutina diaria para ir a estudiar, ya se bañó y se arregló lo mejor que pudo, bajó las escaleras y vio a sus madres en el comedor platicando cómodamente.
Marsh Lalisa y Kim Jennie eran pareja, ambas habían concebido a Marsh Danielle, una Alfa diferente a los demás, pero eso a sus madres no les importó en lo absoluto.
De hecho, amaban que su hija fuera así, respetuosa, educada, tierna y demás cosas que sus madres siempre iban a amar de su cachorra.
—Buenos días mamá, ¿Cómo amaneciste?— Dijo Danielle tomando asiento en una de las sillas del comedor.
—Muy bien cachorra, aunque tu mamá sigue y sigue pateando toda la noche.— Dijo Lisa sonriendo y viendo a su hija riendo, luego volteó su vista y vio a su Omega haciendo un puchero.
—Es muy clásico de mamá, siempre patea y patea cuando duerme con alguien.— Dijo Danielle tomando un cubierto y llevando un bocado de panqueques a su boca.
—P-pero en mi defensa, soñé que estaba en la cama más cómoda del mundo. —Dijo la única
Omega en esa familia.—Ajá, «Seguro que no era en el vientre de tu madre, cariño?—Dijo la Alfa mayor viendo a la
Omega.—No, estoy segura que era en la cama más cómoda del mundo. —Dijo Jennie afirmando con la cabeza.
Ambas Alfas solo soltaron una pequeña risita, amaban todos los momentos en familia que tenían, incluso si la pequeña Hyein estaba dormida en su cama y no participara demasiado en el desayuno familiar.
—Bueno, me tengo que ir madres, nos vemos más tarde. —Dijo Danielle terminando rápidamente su desayuno.
—Está bien cachorra, lávate los dientes y luego ya te puedes ir. —Dijo la Omega levantando los platos de Danielle.
—Está bien. —Danielle hizo un puchero y se fue al baño.
Llegó al baño y rápidamente lavó sus dientes, después de eso volvió a despedirse de sus madres y salió con prisa.
Tenía unos minutos antes de que anunciaran que las clases empezaban, así que pasó por una floristería para comprar unas rosas.
Rosas las cuales se las daría a la única Omega que dejó que Danielle la cortejeé, Kang Haerin, era la Omega más tierna y dulce del universo, o eso según Danielle.
El amorío entre ambas había iniciado hace dos meses atrás, cuando Danielle se acercó a la Omega, con un sonrojo adornado en toda su cara y con una pequeña notita.
Esa notita estaba muy decorada en papel rosa, cuando Haerin la abrió para leerla, leyó en el gran mensaje que había escrito dentro de la nube.
"¿Puedo cortejearte, dulce Omega?", Decía aquel papel, Haerin solo se sonrojó y le permitió a la Alfa empezar con su cortejo.
Ambas se amaban e iban muy bien, Danielle quería conquistar más a la Omega y luego empezarían su relación.
No se me achicopalen por que borrare el otro ff 😭
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「 Sweet Alpha 」Daerin
FanfictionDanielle es una Alfa diferente a los demás, tierna, suave y delicada, cualquiera pensaría que nunca encontraría el amor de un/a Omega, no hasta que presentó a Kang Haerin como su Omega. (G!P) Dani tp; Hae bttm Esta historia no me pertenece, solo la...