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Haerin se había levantado como siempre, tarde, la Omega era demasiado dormilona, incluso podía dormir casi quince horas seguidas

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Haerin se había levantado como siempre, tarde, la Omega era demasiado dormilona, incluso podía dormir casi quince horas seguidas.

—Buenos días mamá, buenos días omma. —Dijo la Omega tomando una de las tostadas.

—Buenos días pequeña.— Dijeron la Alfa y la
Omega al unísono.

—Voy tarde, nos vemos al rato, las amo. —Dijo Haerin tomando su mochila y saliendo de su casa.

Sus madres se miraron cómplices, sabían que su única cachorra era toda una dormilona y descuidada.

—¿Hoy no te tocaba despertar a Hae, Chae? - Dijo la Alfa mirando a su Omega.

—Jisoo, fui y la desperté como tres veces, no reaccionaba así que dejé que siempre pasara lo que pasa todos los días.— Dijo la Omega haciendo un puchero.

—Está bien, te amo, corazón. —Dijo la Alfa dándole un beso a la Omega en la mejilla.

—Y yo a ti, Alfa. —

Kim Jisoo y Park Chaeyoung eran las madres de aquella Omega dormilona, ambas amaban mucho a su pequeña hija aunque se la pasara durmiendo todos los días.

Kim Jisoo y Park Chaeyoung eran las madres de aquella Omega dormilona, ambas amaban mucho a su pequeña hija aunque se la pasara durmiendo todos los días

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Danielle había comprado un ramo de rosas rosadas, si, a Haerin le encantaba las rosas, pero más si eran de color rosa.

—Estoy segura que éstas le gustarán a mi linda
Omega. —Dijo Danielle caminando con el ramo de flores en su mano.

Antes de entrar al instituto, fuera o no fuera tarde, siempre se veían antes en un pequeño callejón, dónde ambas se iban a ver o necesitaban del aroma de la otra, se veían ahí y estaban un ratito juntas.

Aún no se sentían listas para exponer el cortejo, Danielle sabía que Haerin era una de las Omegas más codiciadas entre los y las Alfas, su aroma era único y adictivo, tenía un cuerpo que haría a cualquier Alfa delirar, era perfecta.

Era tan perfecta que Danielle sentía mariposas revolotear en su estómago cuando veía la hermosa sonrisa de la Omega.

Danielle creía que sus oportunidades con aquella hermosa Omega estaban muertas, pero no era así, Haerin desde que vio a Danielle cómo una estudiante nueva, deseó y anheló que ésta le pidiera cortejo.

A ambas se les cumplía su sueño, tenerse mutuamente, claro, todo a su debido tiempo, pero ambas sentían sus pancitas llenas de mariposas cuando veían lo hermosas que eran
ante sus ojos.

Por fin habían llegado, Danielle sabía que la Omega era muy dormilona -por eso su parada en la floristería- así que se había demorado un poco o eso creía.

Ambas habían llegado al mismo tiempo, Danielle viendo la radiante sonrisa de Haerin, y Haerin viendo el hermoso rostro de Danielle.

—Hola preciosa. — Dijo Danielle viendo a la
Omega, ambas sonrojadas.

—H-hola Dani. —Dijo Haerin sonrojada.

Haerin se sintió culpable al no traerle algún detalle a Danielle, sabía que aquellas rosas en las manos de la Alfa eran para ella, ¿Pero de qué serviría si Haerin no le trajo nada a la Alfa?

—Son para ti, cariño.— Dijo Danielle estirando sus brazos y entregando el ramo de rosas a la Omega.

Haerin las recibió y las olfateó, amaba el aroma a rosas frescas, aunque debía ponerlas en agua si no quería que se marchitaran.

—Gracias Moddie.— Dijo la Omega sonrojada.

—Perdón, pequeña, tal vez no pueda regalarte cosas tan caras como un collar de diamantes o anillos de oro puro, pero estos pequeños detalles son todo lo que puedo ofrecerte. —Dijo Danielle cabizbaja.

A Haerin se le partió el corazón, esa Alfa era la mejor de todas y todos y no tenía que disculparse por eso.

—Dani, adoro y amo estos detalles que tú me das, no necesito oro ni diamantes para ser feliz, lo único que necesito es saber que la Alfa me va a proteger y amar. —Haerin se acercó y mientras sostenía con una mano el ramo de rosas, con la otra tomó la mejilla de Danielle.

—Dani, soy yo la que debe pedir perdón, no te traje nada.—Dijo Haerin dando un suspiro acompañado de una sonrisa cálida.

—No mi bella princesa, con tan solo poder verte y abrazarte es todo lo que necesito, te doy esos detalles porque soy yo la que inició el cortejo, y soy yo quien quiere consentir a la bella Omega que los Dioses han mandado a mi ser. —Dijo Danielle dejando caer su cabeza en la suave palma de la mano de la Omega.

A pesar de no ser nada oficialmente, ambas sentían que no necesitaban de las palabras para saber que ambas se amaban.

Tenían algo muy en claro en toda esta situación, Kang Haerin era la Omega de Marsh Danielle, y Marsh Danielle es la Alfa de Kang Haerin.

Entre ellas sabían de la hermosa relación que había, aunque por el momento solo era de cortejo.

Tanto las madres de Danielle como las de Haerin estaban enteradas sobre el lazo que unía a ambas, de hecho, Danielle y Haerin habían organizado una cena para que ambas familias se conocieran.

Las madres de ambas habían hablado de varias cosas, las actitudes de sus hijas cuando estaban juntas y demás cosas que vieron en la pareja y en el cambio que tuvieron cuando iniciaron la etapa de cortejo.

Las madres de Haerin le dieron su aprobación a Danielle, mientras que las madres de Danielle le dieron la bienvenida a la joven Omega a la familia Marsh.

Ambas querian crecer más, casarse, tener sus cachorritos y su nidito de amor, eso era lo que querían Kang Haerin y Marsh Danielle.

Ambas querian crecer más, casarse, tener sus cachorritos y su nidito de amor, eso era lo que querían Kang Haerin y Marsh Danielle

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Otra actualización por que si 🗣️

「 Sweet Alpha 」DaerinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora