Capítulo 4: Haciéndote de rogar

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Conchesumadre.

Era el Edu.

Y como soy aweoná, me empecé a arreglar el pelo sudado como si él pudiera verme a través de un mensaje. 

- ¡Pero respóndele, weon! - la Rena me pegó un charchazo.

- Chucha, verdad - atiné y me puse a leer sus mensajes.


Hola bebecita, ¿cómo estai?

Soy el Edu

¿Te acordai de mí?


Ay, cómo no me voy a acordar, si este weon me tiene pegá al teléfono desde hace una semana...

Pero no le podía decir eso po.


Hola wachi

Bien, acá en el gym, para ponerme linda para ti, mi amor.

Sí, algo me acuerdo...

Habíamos quedado a la mitad de algo, ¿no?


Su perfil apareció "en línea" y después "escribiendo". Tuve que morderme el labio para no ceder a la tentación de decirle "¿cuándo y dónde nos comemos?, obligándome a conservar la poca dignidad que me quedaba.


Qué rico que te acordai waxita

Cacha que tengo un departamentito en Viña, si te tinca podimo hacer algo


Chucha, el culiao directo. Nos cagamos de la risa con la Rena, si el Edu quería tenerme por una noche, mínimo que pagara un poco más.


¿Derechito a tu depa?

Pucha, no sé...

Estoy acostumbrada a que me consientan un poco más antes de sacarme la ropa.


Mientras él escribía, yo tenía el corazón en la mano. A lo mejor me había subido por el chorro y el Edu tenía a otras putas que no lo webiaban tanto. Pero parece que al weon le gustaba mi juego.


Oye no po, no seai así

Te iba a llevar a comer primero

¿Cómo encontrai el Sheraton?


Con el corazón martillándome el pecho, dejé el teléfono al lado para pedirle consejo a la Rena.

- Weona, yo jamás he pisado la entrada del Sheraton, no sé qué decirle.

- Que sí po, aweoná - me pegó otro wate - despabila.

- Chucha, cierto - volví a meterme en mi papel.


Sin engancharse (Eduardo Vargas y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora