Remake capítulo 1

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Guardé los zapatos en la cartera y me la colgué del hombro. Me di una última mirada en el espejo del baño público y le avisé a mi amiga que ya estaba lista.

Salimos a los andenes del terminal para esperar el bus.

- ¿De verdad nos vamos a pegar el pique desde Viña para ir a una fiesta?

- Sí, y con la cara llena de risa - respondí mientras me arreglaba el vestido para acortarlo un poco más - tengo el presentimiento de que esta vez sí nos va a resultar. Aparte son 2 horas hasta Santiago, no es tanto.

Practiqué un par de poses frente al reflejo en el parabrisas del bus. No me daba vergüenza que la gente me mirara, mi meta era más importante. Después de ensayar un par de sonrisas coquetas y de hacerme la misteriosa, me permití reir porque mi elegante atuendo terminaba en unas converse de imitación y más encima desgastadas. Traía los tacos en la cartera, sabía que íbamos a tener que caminar mucho y quería llegar digna.

Miré a mi amiga que no parecía muy convencida.

- Ya po Rena, no seai fome - entrelacé su brazo con el mío - ¡Mira! ¡Ahí viene el bus!

La arrastré por el pasillo hasta el final del bus, teníamos los últimos asientos, esos que estaban al lado del baño porque la idea era arreglarnos en el camino. De vez en cuando la gente nos pegaba alguna mirada curiosa, pero precisamente para eso nos habíamos vestido así, para llamar la atención.

- Entonces, ¿cuál es el plan? - preguntó la Renata.

- El bus nos deja en Universidad de Santiago, tomamos el metro hasta Los Domínicos y desde ahí nos tenemos que ir caminando - repetí lo que le había dicho en la casa tantas veces.

- ¿Y cómo sabes que van a estar ahí? - insistió.

Suspiré y recliné mi asiento hacia atrás.

- ¿Es que todavía no me conoces? - sonreí con orgullo.

Me hubiese gustado que confiara un poco más en mí, pero está bien, yo podía entender que a los ojos de otra persona esto era una completa locura. Tomé aire para explicarle:

- Un primo de Vidal que sigo en instagram subió una historia donde estaban previando antes de llegar al Regal Pacific Hotel, el tema es que este weon no tiene cómo entrar a ese lugar si no está con su primo. Y su primo nunca anda solo... También encontré un comentario en una publicación de un amigo del Edu donde decía que iba a estar bacán el reencuentro con los cabros, mismo día y hora. ¿Coincidencia? No lo creo. Ya tenemos dos.

- Erí psicópata, weon - me miró con sorpresa - no sé cómo la PDI no te ha contratado.

- Es que la Sofía solo trabaja en forma independiente - le guiñé un ojo para creerme el cuento - ahora relájate un poco, trata de dormir porque hoy día vamos a trasnochar.

- Ojalá tengas razón - musitó antes de quedarse dormida en mi hombro.

La acomodé con cuidado para que no arruinara mi alisado y me quedé mirando por la ventana. Estaba demasiado emocionada, demasiado atenta a cada uno de los detalles que no pude pegar un ojo. Había puesto tanto esfuerzo en planificar cada uno de nuestros pasos...

Las dos horas pasaron volando mientras yo imaginaba las posibilidades. Nos aparecíamos en la fiesta arregladas como prostitutas, el guardia nos dejaba entrar sin problemas y nos colábamos en esa fiesta descontrolada que habían armado los de la Selección antes de las Eliminatorias. Nos agarrábamos a cualquiera, en específico yo iba por Vidal. Aprovechamos que están curados y... bueno, es bastante obvio lo que va a pasar después.

- Rena - la moví un poquito - ya estamos llegando, despierta.

La tomé de la mano. Eran casi las 10 de la noche y lo corto de nuestros vestidos llamaba la atención. Pero ya habíamos hecho esto tantas veces que sabíamos cómo cuidarnos. Nos apuramos en bajar las escaleras hasta el metro, y conforme íbamos avanzando en las estaciones, el vagón se iba vaciando.

Sin engancharse (Eduardo Vargas y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora