One Shots [Enzo Fernández]

• La princesa de papá •

⚠️Contexto⚠️

Esto ocurrió unos meses después de que Maggie y Enzo volvieron de su segunda luna de miel, así que Maggie ya estaba embarazada de Gaia.

Termine de cerrar la cinta de mi zapato sentada en la cama, mientras Enzo se ponía el saco, y terminaba de abotonar su camisa blanca.

—¿No me tengo que poner corbata no? –me miró dando vuelta su cuerpo–.

—No, no hace falta –me rei levantado de la cama y acercándome al espejo para ver qué el vestido color champagne que tenía estaba en su lugar–.

—Ese vestido te queda pintado mi amor –se mordió el labio mirándome–. Y más con esa pequeña pancita que se comienza a notar –sonrio acariciando mi pequeño y abultado vientre de 4 meses de embarazo–.

–me rei y lo mire–. Y a vos ese traje cielo –acomode el cuello de la camisa–.

Nos dimos un besito y bajamos a la sala, teníamos que esperar a la princesa de la casa.

—¡Oli! –grite desde las escaleras–. ¿Ya estás lista?

—¡Ya voy! –grito desde su habitación–.

Enzo abrió la puerta dejando entrar a Valentina y a William con el pequeño Thomas, que venían quedarse a cuidar a los mellizos y a Jere, que estaban jugando a la play en la sala.

—Gracias por venir –salude a ambos–.  ¿Cómo está esa panza? –Valentina tenía una panza de 6 meses de embarazo–.

—Re bien –sonrio, acariciándola–. Un poco inquieto pero bueno...

Nos quedamos hablando de nuestras panzas y notamos que Olivia bajaba las escaleras, con un vestido color beige, suelto, un poco más arriba de la rodilla y unos zapatos con algo de tacón.

—Que hermosa que estás hija –sonrio Valen acercándose a Oli–.

—Gracias ma –la abrazo sonriendo–. Hola hermanito –acaricio el vientre de Valen–.

—Bueno, ¿nos vamos? –pregunto Enzo, con algo de mal humor–.

—Enzo, no seas malo con Aaron –lo miró Valen–. Es buen chico

—No puede, porque van a estar sus padres –me reí y me acerque a Enzo tomando su mano–.

Todos nos reímos un poco. Nos despedimos de los mellis y Jere y nos fuimos. Hoy teníamos la cena con los padres de Aaron y Aaron, hoy íbamos a conocer a nuestros consuegros y a nuestro yerno. A Enzo no le gustaba la idea de que Oli tuviera novio a los 14, pero no podíamos evitarlo, no podíamos encerrarla cuál princesa en la torre, teníamos que dejarla crecer y esto era parte de eso, lo único que podíamos hacer era aconsejarla y darle nuestra confianza.

Llegamos al restaurante y nos bajamos, Enzo tomo mi mano para entrar, pero antes Oli llamo mi atención.

—Ma –me llamó, parada en seco a mitad de cuadra–. ¿Me veo bien? –preguntó algo nerviosa–.

–sonrei al verla nerviosa–. Si, te ves hermosa –me acerque y acomode su cabello–.

—Pa –miro a Enzo–. ¿A vos que te parece?...

–suspiro y se acercó, en su rostro se formó una pequeña sonrisa melancólica–. Estás hermosa hija –la tomó de las mejillas y dejo un beso en su frente–.

—¿Te parece que a los papás de Aaron les guste? –lo miró, ella estaba muy nerviosa–.

—Estoy seguro de que si –sonrio–. Hija, Aaron tiene mucha suerte de tenerte, y estoy seguro de que sus padre te van a adorar –la abrazo por los hombros–. Mi princesa es toda una señorita ahora –suspiro sonriendo y mirándome–.