• Orgullosos •

1.8K 121 5
                                    

Mi día libre, estaba en casa, tomando mate y mirando tele. Maggie había salido a hacer unas compras, así que estaba solo en casa, hasta que entró Hannah por la puerta.

—Hola –la miré–.

—Hola pa –dijo mientras se acercaba a mi, con la voz algo temblorosa, se veía algo pálida–.

—¿Qué pasa? –pregunté cuando se sentó alado mío en el sofá. Ella comenzó a llorar–. ¿Por qué estás llorando?

La abracé lo más fuerte que pude, sea lo que sea le había afectado mucho, se veía pálida y asustada.

—Perdón –me abrazo, sin dejar de llorar–. Perdón, no fue mi intención –sollozaba entre hipos de llanto–.

—Pero hija, ¿qué pasa? –la tomé de las mejillas y seque sus lágrimas–. ¿Por qué me pedís perdón? ¿Qué pasó?

—No los quería decepcionar –decia entre hipos y sollozos–. Perdóname papi –ella lloraba mirándome a los ojos, empezaba a asustarme–.

—Me estás asustando Hannah, ¿qué pasa? –la mire a los ojos–.

Ella se separó un poco de mi y secó sus lágrimas, no dejaba de sollozar. Sacó un sobre de su bolso, con sus manos temblando, y me lo entregó.

—No quería ser una decepción para vos y para mamá –seco sus lágrimas–. No quería que pase así

La miré sin entender y abrí el sobre y saqué el papel para leerlo.
Mi corazón de achicharro en mi pecho, empezó a latir tan rápido que pensé que me iba a dar un infarto.

Mi niña, mi hija más chica, de solo 19 años, estaba embarazada. No sabía que sentir en ese momento, no sabía si enojarme, si ponerme feliz, si gritar, llorar, no sabía cómo reaccionar. Ella era un mar de lágrimas, estaba asustada, todo su cuerpo temblaba. Lo único que pude hacer es abrazarla.

Siempre hablábamos con nuestros hijos de ese tema, siempre les decíamos que se cuidarán. Me sentía un poco triste y enojado con ella, por no haberse cuidado como correspondía, pero ella estaba tan asustada que no era buen momento para decir nada.

—Perdón –lloraba–. Yo no sé cómo pasó, siempre me cuidé y no entiendo cómo pasó

—Parece que no siempre –la miré–.

—Mamá me va a matar –llorando–. Se va a sentir decepcionada, me va a odiar –ella me miró–. Y seguro que vos ya me odias, soy un desastre –ella escondió su rostro en sus manos y se puso a llorar–.

—No digas eso –sentí como mis ojos se llevaban de lágrimas–. Tu mamá y yo te amamos, no importa lo que pase

—¿Estás decepcionado? –dijo entre sollozos y me miró, secando sus lágrimas–.

—Un poco –acaricie su cabello–. Sos muy joven, apenas terminaste el secundario –suspire–. Siempre les decimos que se cuiden, siempre les hablamos –la miré–.

—Perdón –volvio a sollozar–.

—Se lo vas a tener que decir a tu mamá –volvi a mirar la hoja sin poder creerlo todavía–.

—No –me miró respondiendo rápido–. No puedo, ella se va a enojar mucho, pa no puedo decirle –me miraba casi suplicando–.

—Tenés que hacerlo Hannah –la mire seriamente–. Ya está, no podés volver atrás, fue un error, un descuido, y hora toca afrontar las consecuencias

En ese momento se puso más nerviosa; cuando iba a responderme la puerta de la casa se abrió, Maggie había llegado del shopping con varias bolsas.

°°
~ Maggie ~

One Shots [Enzo Fernández]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora