my absolute boyfriend ! spruan

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Al día siguiente, Juan ya estaba en casa de Spreen, era mejor que por el momento se quede ahí por si alguien lo encontraba.

Era un domingo con un cielo despejado, por suerte no tan soleado ni caluroso. Como el oso no tenía nada importante en la pollería, decidió tomarse el dia libre para conocer a su nueva pareja.

-Entonces... ¿Para que sirves?

Decía aquel híbrido mientras miraba con mucha atención cada detalle del castaño, se veía tan real que podía pasar como cualquier otro humano.

-Fui creado para ser el novio perfecto, ayudarte en todo lo posible y ser tu acompañante.

Spreen quedó impresionado con las palabras que decía el robot, podía hablarlo tranquilamente como si fuera lo de cada día. Tomó un sorbo de su bebida que tenía a la mano y siguió con las preguntas.

-Ya veo... ¿Tus... emociones son reales?

-Bueno, son articifiales, una inteligencia artificial que produce emociones según lo que esté  pasando. Todo eso está en mi programación.

Juan sonreía tiernamente mientras explicaba. Cuando el oso lo observaba, cayó en cuenta en que seguía con ese uniforme aburrido y no le favorecía. Sabía que Juan no tenía otra ropa, pero no lo iba a dejar así. Tampoco le gusta prestar su ropa, sin embargo no tenía problema darle aunque sea un pantalón.

-...Acompáñame, odio esa ropa que tenés puesta.

Se adentraron a la habitación del híbrido, estaba totalmente desordenada, el robot pensó inmediatamente que tenía que ayudarle a ordenarla. Spreen pasó encima por el horror de habitación y abrió su armario, buscando algo que le favoreciera al castaño.

Un disfraz de hechicero se haría notar. El oso lo había usado una vez en Halloween y estaba agarrando polvo. Lo sacó del armario y se lo enseño a Juan, pero este siempre vería hermoso todo lo que su novio le enseñe.

-¿Quieres usar esto?

-Si tu lo dices, yo encantado.

En un par de minutos, el robot vestiría el traje azul junto a una capa roja, cinturón y botas cafés. El oso, al verlo, quedaría embobado por lo bien que se veía. Para completar el disfraz, se colocó una bandana roja en la cabeza. El pelinegro trató de disimular sus emociones, pero hasta la vecina de la esquina podía notar su enrojecimiento.

-¿Me veo bien, Spreen?

-Pues te ves... N-normal...

-¡Gracias, Spreen! Noto tu cara enrojecida, ¿Te sientes bien? Puedo revisar tu temperatura-

-¡Estoy bien, boludo! Solo es... nada.

Tapó su cara con una mano mientras Juan lo veía confundido. Decidieron evadir el tema y salir de la habitación, yendo al lugar donde estaban hablando antes: la sala.

Durante las siguientes horas hablaron por un poco más para conocerse más, si iban a ser pareja por una semana, tenían que saber del otro. Ya había anochecido, el tiempo había pasado muy rápido. Juan se dio cuenta de eso, viendo la hora en un reloj: 21:53.

-Wow, como pasa el tiempo, ¿verdad? Será mejor que sigamos mañana.

-¿Qué dices? Aún es temprano.

-Para nada, mañana debes trabajar y debes dormir ocho horas para tener buenas energías. Transnochar es malo para tu salud, puedes tener enfermedades que-

-Si, si, si. ¿Siempre hablas tanto?

-No es que quiera hablar mucho, me preocupo por tu salud ya que eres mi novio, no quiero que te pase nada malo.

"Así se siente que se preocupen por ti, ¿eh?" Pensó el oso. Le gustaba esa atención pero no le gustaba toda esa información que Juan tiraba. Estaba por irse a su habitación para hacerle caso al castaño, pero un ruido hizo que ambos se asustaran.

La puerta de la entrada se abriría de un golpe, con Carrera sonriendo al frente de ella. Él vería a la pareja en el sofá, haciendo que su sonrisa se desvaneciera por completo y preguntara.

-¿Quién es este?

-Ehh... Él es-

-Soy su novio, un gusto.

Soltaría Juan inmediatamente con una sonrisa orgullosa mientras agarraba la mano del oso.

-¿¡Su qué!?

Ya los descubrieron chicos 😰. Trataré de escribir seguido pero no prometo nada, a veces la creatividad no me da.