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Ari reconoció a quien se suponía que iba a ser su robot bailando con el "estúpido" oso, haciendo que humo salga por su cabeza de lo enojada que estaba. Fue rápidamente con Zorman, pero este no sabía ni en donde estaba parado.

-¡Zorman! ¿Cómo es posible que MI robot esté bailando con Spreen? ¿No que aún no estaba listo?

-Ehmmhm... Ari... ¿No quieres.... otro trago..?

El borracho sonreía poniendo su cabeza en la barra, ya no podía más.

-¡Me las pagarás!

Ari salió enfadada de la fiesta. Spreen y Juan ignoraron por completo lo que estaba pasando, en sus mentes solo estaba el rostro del otro, no les importaba nada más.

 Spreen y Juan ignoraron por completo lo que estaba pasando, en sus mentes solo estaba el rostro del otro, no les importaba nada más

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Semanas pasaban. Zorman pensaba en lo que había pasado esa noche, pero todo era borroso. La relación entre el oso y el robot se fortalecía cada vez más, habían olvidado por completo la prueba de la semana e incluso Spreen olvidó toda la historia detrás de Juan.

Eran la pareja perfecta, nada ni nadie los podía separar, ¿cierto?

Días después de cumplir dos meses juntos, es decir, dos meses de vida para Juan, algo había empezado a fallar en él. Era algo complicado de explicar, por lo tanto, el robot simplemente lo escondía para no preocupar a su pareja, pero cada vez se hacía más notorio.

-Buenos días Juan. ¿Cómo amaneciste?

-Buenos días, corazón. Todo excelente, ¿planeas hacer algo hoy?

-Pues hoy tengo libre en el trabajo... ¿Por qué preguntas?

-Jeje... Lo sabrás más tarde. Mejor alístate y baja para desayunar, ¿si?

Spreen solo asintió sonriente. Adoraba las sorpresas que le hacía Juan, adoraba todo lo que su pareja hacía con el fin de verlo feliz.

Juan estaba emocionado por lo que harían ese día. Le gustaba ver a su pareja feliz junto a él, nada podía ser mejor-

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Silencio en la habitación. En un abrir y cerrar de ojos, el castaño estaba en el suelo: su sistema había colapsado por culpa de ese fallo. Para Spreen todo pasaba en cámara lenta, no sabía que hacer. Trataba de despertarlo, sin éxito, incluso intentó con un beso, tal como había sido la primera vez que se vieron, nada servía.

La frustración consumía al híbrido. Lágrimas salían de sus ojos al no poder despertar a su pareja, al único que lo había hecho reír después de tanto tiempo, al único que lo había sacado de la rutina que lo tenía cansado. No lo quería perder, quería quedarse con él siempre.

Zorman llegó rápidamente cuando escuchó a Spreen desesperado en la llamada pidiéndole ayuda. Gracias al científico y un par de herramientas, Juan pudo abrir sus ojos de nuevo. Nadie sabía que es lo que había pasado, pero obviamente no lo dejarían pasar.

my absolute boyfriend ! spruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora