Epílogo

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-Estarás feliz ahora ¿eh? boluda de mierd-

No quiso terminar la frase para lanzarse hacia Ari con el fin de golpearla. No le importaba si era inmoral o algo parecido, lo único que le importaba era que ella fue la responsable por el cual su novio ya no está a su lado.

-¡Espera, espera! ¡Joder!

Con todas sus fuerzas, Zorman agarró por detrás a Spreen. Fue muy complicado ya que las intenciones del oso eran muy fuertes. Se podía ver la ira en sus ojos, al igual que su frustración al ver a la chica responsable por su dolor.

-¿¡Qué le pasa!? Si tan solo fue un robot. No es para tanto.

-Hija de puta...

Se abalanzó de nuevo a la chica. Fue el mismo resultado de hace segundos.

-¡Chicos por favor! Spreen, quédate aquí, Ari... Acompáñame.

Mientras el científico y la rubia salían de la sala, el oso limpiaba sus lágrimas que ya estaban a punto de salir para sentarse en alguna silla del laboratorio, mirando a la nada, pero pensando en ese gran año que tuvo junto a su gran amor. Todos esos momentos: las cenas, citas, ese día de trabajo, incluso el día en el que se conocieron y tuvieron su primer beso, fueron inolvidables.

Vio desde lejos. Al lado de la habitación donde estaban discutiendo Zorman y Ari, había una más oscura, pero por alguna razón sabía que algo más había ahí. Se acercó lentamente, sin que se dé cuenta la pareja de al lado y entró en esa pequeña sala.

Al encender las luces, pudo ver el cuerpo de Juan "durmiendo". Fue como la primera vez que se vieron, esos ojos cerrados, la ropa blanca, ese rostro que mostraba tranquilidad. El híbrido trató de aguantar con todas sus fuerzas no llorar, era la quinta vez en la semana, siendo apenas martes. Con una pequeña sonrisa, se despidió de él, con un pequeño beso en los labios, dejando la habitación y el laboratorio atrás, dirigiéndose a su casa.

Meses pasaron, llegando a un año desde la pérdida de su amado, siendo la misma fecha donde habrían cumplido dos años de relación y el segundo cumpleaños de Juan

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Meses pasaron, llegando a un año desde la pérdida de su amado, siendo la misma fecha donde habrían cumplido dos años de relación y el segundo cumpleaños de Juan. Spreen por fuera se veía mucho mejor, se reía con sus amigos, trabajaba en la pollería y vivía su vida. Sin embargo, al llegar a casa, siempre deseaba que el castaño lo estuviera esperando, cayendo en la dura realidad de que no es así, no será así. Lo único que le esperaba ahí era su soledad.

-¡Spreen! ¡Al fin llegas!

¿Era él? ¡Era él! No lo podía creer. Lo abrazó con todas sus fuerzas haciendo casi caer el postre que el contrario llevaba en sus manos.

-¡Pará boludo! ¿Tanto me extrañaste? ¡Si nos vimos ayer!

No. No es Juan. ¿Cómo puede ser Juan? El ya no está. No estará. 

Carrera, el único que pudo entender el dolor de su mejor amigo, escuchaba los sollozos del oso ocultados en su hombro.

-Perdón. Pen.. Pensé que eras-

-Shh... Ya sé.

Dejó que llorara todo lo que pueda. Por fuera se veía bien, pero había suprimido tanto sus emociones que en cualquier momento iba a explotar. Ese momento desgraciadamente fue hoy.

Después de todo eso, Carre le invitó de lo que había cocinado de sorpresa. No sabía de lo importante de esa fecha, pero tenía un pequeño presentimiento.

Hablaron. Hablaron como nunca antes. Desde que vio a Juan por última vez, no pudo hablar acerca de él hasta ese momento, no sabía cómo hacerlo, cómo hacerlo sin llorar.

No supo la razón, pero se sintió aliviado al soltar todo. Carrera tuvo que volver a su casa, incluso después de insistirle a Spreen de que podía quedarse a dormir, dejando al oso solo, como en un principio.

El híbrido se sentó en su sofá y se puso sus auriculares. Los conectó a su celular y lo siguiente que escucharía sería la voz del castaño divertirse junto a él. 

"¡Spreen! ¡Mira la cámara!"

"Pero que bien se ve mi novio ¿eh?"

"¡Muak! Te amo, ¡mucho!"

Podía repetir esos videos toda la noche con tal de escuchar su voz de nuevo.

La puerta se abriría y el oso observaría al visitante con los ojos llorosos, pero con una sonrisa.

-Regresaste.


my absolute boyfriend ! spruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora