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Ambos estaban en la pollería listos para un nuevo día de trabajo, aunque Juan se quedaría por un rato en una de las mesas del lugar, observando a los demás con curiosidad

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Ambos estaban en la pollería listos para un nuevo día de trabajo, aunque Juan se quedaría por un rato en una de las mesas del lugar, observando a los demás con curiosidad. Pensó que sería divertido, pero al pasar unas horas el aburrimiento llegaría. Spreen notaría esto, riendose un poco ya que antes de ir, el robot insistía con que la pasarían bien.

-Che, ¿estás aburrido ya?

-Pensé que sería increíble estar acá...

-Así es mi rutina. Toooodos los días...

-¿Cómo puedes vivir así?

-Uno ya está acostumbrado.

De repente, una idea atravesaría la mente de Spreen, aunque sería un poco riesgosa.

-¿No querés hacer algo acá? Tengo unos folletos que-

-¡Si quiero! Prefiero hacer cualquier cosa en vez de quedarme aquí.

-¡Ni me dejás terminar! En la caja hay unos folletos que podrías entregar en la puerta a los que van pasando, ya sabes, promocionando el lugar.

Juan se sintió un poco regañado cuando interrumpió a Spreen, pero dejó pasarlo. Fue a la caja y ahí se encontró con aquellos folletos que hablaba el oso: tenían promociones del pollo junto a unos dibujos muy tiernos, representando los combos que tenían disponibles.

En un par de minutos, en vez de vestir su disfraz de hechicero, había cambiado la parte superior por una camiseta de la pollería. Estaba en la puerta del local, pasando los folletos con una gran sonrisa a los transeúntes.

-¡Visite nuestra pollería "El Pollo Feliz"!

-¡Tenemos las mejores promociones!

-Es hora del almuerzo, no dude más y venga al Pollo Feliz, ¡no se arrepentirá!

Gracias a su gran carisma y atractivo, el castaño logró que varios clientes entren a la pollería. Spreen lo vería, mostrando una pequeña sonrisa al verlo tan alegre. Estaba acercándose a él para decirle que su "turno" había acabado, pero justamente una chica rubia se acercaría: era Ari. Juan nunca la había visto, por lo tanto, estaba a punto de darle un folleto como a cualquier otro transeúnte. Si no fuera por la repentina aparición del híbrido, aquella chica pudo haber reconocido a su robot.

El oso jaló del brazo de Juan rápidamente, haciendo que ambos entren al local y que el castaño suelte los pocos folletos que le quedaban en la mano al suelo. Estaban al lado de la puerta, uno al frente del otro. Estaban tan cerca que el robot podía sentir la respiración del contrario. Por alguna razón ninguno se quejó, estando así por varios segundos.

Spreen no podía dejar de mirar los ojos de Juan, eran muy... bonitos. El contrario hacía lo mismo, solo que su mirada bajó a sus labios, acercándose lentamente a estos. Ambos sabían las intenciones del castaño, dejándose llevar por el momento hasta que...

-Jefe, ¿Por qué los folletos estaban en el sue..lo?

El Mariana se quedó paralizado al ver la escena, dejando caer de nuevo las hojas que hace unos segundos había recogido. Apenas escucharon al empleado, se separaron mirándolo incómodamente mientras Juan se rascaba la nuca nervioso.

-Eh...

-Fue mi culpa, igual ya es muy tarde ¿no? Vamos cerrando el local.

Dijo Spreen evadiendo lo que había pasado, guiñandole con una sonrisa a Juan.

Después de un rato, ambos estaban en su casa, pensando ese preciso momento incómodo, haciendo la conversación incómoda.

-Pues... Me gustó eso de repartir folletos.

-¿En serio?... Igual casi te encuentras con Ari...

-Mhmm... Me-mejor lo dejamos ahí ¿no?

-Si...

Otro silencio incómodo. Tanto Juan como Spreen les hubiera gustado tener ese beso, pero obviamente el segundo no lo diría, siendo el castaño quien lo intentaría de nuevo. Decidió tomar valor y acercarse un poco más al oso, sentándose al lado de él.

Spreen se dio cuenta de sus intenciones, estando nervioso decidió mirarlo como hace unas horas lo había hecho. Seguía admirando sus ojos, solo que esta vez sería el oso quien tomaba el siguiente paso. Estaban a tan sólo centímetros, el híbrido no soportó más y besó a su novio, sosteniendo su rostro con una mano. Obviamente el robot le correspondería, haciendo el beso más largo.

 Obviamente el robot le correspondería, haciendo el beso más largo

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Juan si se sabe la de chambear JAJAJAJ

Al fin pude escribir algo nuevo después de los exámenes, volverá la programación normal gente, no se preocupen :)



my absolute boyfriend ! spruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora