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Los días pasaron rápidamente, pasaron de domingo a miércoles en un abrir y cerrar de ojos

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Los días pasaron rápidamente, pasaron de domingo a miércoles en un abrir y cerrar de ojos. Al tener mucho trabajo, Spreen llegaba a su casa muy cansado, pero por suerte, Juan lo esperaba con los brazos abiertos y una cena deliciosa.

-Che, en serio no tenes que hacer todo esto por mí, te debes tardar mucho cocinando para una sola persona, porque ni para ti cocinas.

Decía el oso mientras comía un spaguetti con una salsa de champiñones muy rica.

-No te preocupes, Spreen. Se que vienes muy cansado de la pollería y es lo único que puedo hacer para que te sientas mejor.

Sonreía el castaño mientras veía embobado a su novio quien estaba frente a él, podía quedarse horas así sin ningún problema, aunque el otro se sonrojaba por esa mirada. Hablaron por un rato mientras el híbrido cenaba, probablemente de trabajo y lo bobos que son sus empleados. Cuando terminó, Juan llevó el plato al fregadero para lavarlo mientras Spreen se alistaba para ir a dormir.

Ya estando en la habitación, el pelinegro decidió ver un rato su celular antes de ir a dormir. No se dio cuenta que minutos después el robot entraría a su habitación, asustándolo al hablar.

-¿Aún no vas a dormir?

-¡Boludo de mierd-! ¿Qué hacés acá?

-¿No puedo estar en tu habitación? Además, escuché tu celular, sabes que tienes que dormir máximo a las 11:00 de la noche para que-

-Dios, ¿sigues con eso de las ocho horas? Puedo quedarme despierto hasta las 5 de la mañana e ir al trabajo fresco como una lechuga.

-Serías una lechuga podrida.

-Aún así te la comerías.

-Al ser un robot no podría comer, pero si tuviera la capacidad de hacerlo, una lechuga podrida sería malo para mi salud.

Spreen no hablaba de lechugas al final, pero se rió por lo serio que se lo tomaba Juan ya que este no sabía sobre el sarcasmo.

-Me quedaré aquí hasta que puedas dormir.

-¿Qué? Pareces acosador, boludo.

-No soy un acosador, soy tu novio, ¿hay algún problema con que te quiera cuidar?

-...Agh. Bien, pero cuando despierte no te quiero ver acá, ¿si?

-¡Bien!

Dijo el castaño sonriendo para después sentarse en la alfombra cruzando sus piernas como la otra vez. Unos minutos pasaron y el sueño le había ganado la batalla a Spreen, quedándose dormido con el celular encendido. De esto se percataría Juan, quien sutilmente le quitaría el celular de las manos, presionando el botón de apagar y dejándolo en la mesita de noche. A pesar de lo que había dicho hace un rato, decidió quedarse toda la noche junto a su pareja, contemplando su rostro hasta "quedarse dormido".

A la mañana siguiente, Spreen se despertaría tranquilamente, viendo que Juan cumplió su promesa de no estar en la habitación cuando el se despierte, aunque una pequeña parte de él esperaba que fuera la primera cosa que viera al abrir sus ojos

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A la mañana siguiente, Spreen se despertaría tranquilamente, viendo que Juan cumplió su promesa de no estar en la habitación cuando el se despierte, aunque una pequeña parte de él esperaba que fuera la primera cosa que viera al abrir sus ojos.

Apenas unos segundos bastaría para que el robot apareciera sonriente. Vestía el disfraz de siempre, sin embargo, un delantal celeste con pastelitos alrededor se haría notar, haciendo que el castaño se viera aún más tierno de lo que es.

-¡Buenos días, Spreen! Espero hayas descansado bien, te preparé el desayuno.

Se veía a Juan muy contento y orgulloso de lo que había preparado, haciendo que el híbrido asomara una sonrisa.

-Parece que tenés un vestido, ¿dónde conseguiste eso?

-Ordenando la habitación de huéspedes lo encontré, ¿no es tuyo?

Ladeó la cabeza en muestra de confusión.

-Ohhh, creo que es de Mariana, a ese boludo se le debió quedar.

¿Mariana? Spreen lo había mencionado una que otra vez cuando hablaban del trabajo, pero nunca lo había visto.

-Ah, Mariana... ¡Bien! Te esperaré abajo, ¡no te tardes!

Dijo para finalizar la conversación e ir a la cocina dando pequeños saltos mientras movía la parte inferior del delantal como si fuera una falda. Spreen no aguantaría y soltaría una risa al ver lo feliz que su pareja estaba.

Al ya estar listo, el oso fue al comedor donde un desayuno lo esperaría junto al castaño muy orgulloso.

-¿Qué te parece?

En la mesa había pan recién horneado junto a rodajas de queso y jamón, una taza de chocolate caliente, un vaso de jugo de naranja y para completar, un poco de fruta. Esto era probablemente lo que Spreen desayunaría en dos semanas.

No saben lo tanto que disfrutó el oso, todo estaba extremadamente delicioso y la compañía de Juan era indispensable para que la pase bien. Al terminar de comer esa exquisita comida, decidió ayudar un poco lavando los trastes. Ahí es cuando una pequeña propuesta por parte del robot aparecería.

-Ya que estamos... Te quería pedir algo...

-¿Qué pasa?

-Bueno, como se que tienes que trabajar y... No me gusta estar todo el día aquí, ¿qué te parece si te acompaño hoy?

-Che, sabes que los demás no pueden saber que existes, imagínate si Ari te encuentra o-

-¡Por favor, por favor, por favooor! Sólo será por hoy, te prometo que nadie sospechará, ¿si?

Lo pensó por unos segundos, pero las plegarias del robot eran muy convincentes, según el oso.

-Solo por hoy, ¿ok?

-¡Vale! ¡Gracias, Spreen!

Lo abrazó fuertemente, al fin iban a pasar más tiempo juntos, y que mejor que en el trabajo del híbrido.

Lo abrazó fuertemente, al fin iban a pasar más tiempo juntos, y que mejor que en el trabajo del híbrido

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Bien mandado el Spreen jajsdaskd

my absolute boyfriend ! spruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora