5. La última llave

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Emitió un terrorífico ruido aquella espeluznante criatura por experimentar como un flujo azul circulaba por su ser y hacía irradiar aún más sus ojos amarillos

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Emitió un terrorífico ruido aquella espeluznante criatura por experimentar como un flujo azul circulaba por su ser y hacía irradiar aún más sus ojos amarillos. El pacto se había completado y la joven retrocedió a medida que se hacía muestra del tamaño y forma del demonio al que condenó todo su linaje. El arma blanca con el que se hizo un profundo corte en la palma de su mano cayó al suelo, al mismo tiempo que ella tropezó en su intento de retroceder más pasos contra la pared.

Ese ente maligno miró directamente a la joven olfateando ese embriagador aroma que la envolvía haciendo alzar una de sus garras para tomarle de la muñeca cuando dejó que sus pies no sigan tocando el suelo. Ella gritó y esa reacción de pánico solo avivaba al demonio en olisquear esa mano ensangrentada que succiono el corte en cuestión de segundos.

La joven cayó debilitada contra el suelo cuando la soltó, pero no fue ajena de no observar las acciones del demonio; empezó a dibujar una puerta contra la pared de donde varias manos de piel amoratada y cubiertas de una miríada de pequeñas venas violáceas hicieron acto de presencia. Él apartó cada una de ellas para solamente permitir que una sombra saliera de ese portal azul. Tenía la imagen de un hombre que la joven no pudo reconocer debido a la oscuridad que ocultaba su rostro, mostrando únicamente sus plateados ojos, aquel terno negro que lo vestía, ese corte de libro abierto y aquellos grandes ojos amarillos y perturbadores alrededor de él.

Con una mano vistiendo un guante blanco que llevaba en su pecho, se presentó ante la joven haciéndole saber de quién se trataba. Esa fuerte impresión terminó por hacerla colapsar en medio de aquel sótano.

Al despertar, la joven se encontró en el charco de lodo donde cayó tras haber huido de su humillante confesión. Ese hecho causó desconcierto y tener que levantarse, precisamente, una mano se extendió hacia ella para ayudarla, observando al alzar la mirada que se trataba de aquel joven que creyó muerto. Estaba de pie ofreciéndole su ayuda para que la joven no siguiera tirada en el lodo por estar resbalando del impacto de verlo con vida.

Ella lo abrazó sin importar ensuciarlo con tal de verificar que realmente se encontraba vivo. La otra persona miró con confusión el afecto, pero aprovechó la situación para corresponder a sus sentimientos. Sin pasarle por la cabeza a la joven los anteriores sucesos que vivió por estar envuelta en una burbuja de felicidad que la llevó a saber que su madre también se encontraba con vida y con el derecho de negarse rotundamente a tal romance que no impidió que ambos jóvenes se casaran a escondidas cuando huyeron del pueblo.

Durante largos años la joven consideró que esa pesadilla nunca ocurrió y solo fue un mal sueño porque su vida siguió sin ningún inconveniente. Ni una criatura espeluznante se le presentó y su esposo actuaba con normalidad sin mostrar alguna sospecha de que no fuera realmente aquel joven del cual se enamoró. Tampoco sus descendientes sufrieron algún extraño episodio en su vida, pues alcanzó a tener alrededor de seis hijos, diez nietos y tres bisnietos.

 Tampoco sus descendientes sufrieron algún extraño episodio en su vida, pues alcanzó a tener alrededor de seis hijos, diez nietos y tres bisnietos

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