Capítulo 24

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La calma antes de la tormenta

III

Reino de Avalón

La primera bestia

666

Solo parado frente a él, aunque no era real, Naruto podía sentir la desesperación y la muerte tratando de engullir su alma, de devorar su cordura.

Este ser... era más oscuro que el espacio vacío, como si el vacío mismo se hubiera manifestado de esta forma y hubiera venido a darse un festín . No tenía ninguna apariencia consistente ni características notables. Pero lo peor fue que, aunque no tenía ojos, sentía como si el ser te estuviera mirando directamente... a tu misma alma.

Además, era gigantesco. Era más grande que cualquier cosa que hubiera visto jamás.

Y entonces, allí estaba... Amón-Ra.

Llevaba un shenti con armadura dorada, con hombreras y guanteletes de diseño similar. Pero lo que más destacó no fue la corona de halcón de intrincado diseño, sino el sol en miniatura que estaba situado dentro del agujero en su pecho.

Parecía tan grandioso, tan noble... tan parecido a un Dios.

Amun-Ra agitó su mano y, un segundo después, de la nada surgieron múltiples estructuras en forma de torres, cada una de las cuales era lo suficientemente grande como para atravesar un planeta. Y luego, todos perforaron el cuerpo vacío de 666.

La Bestia gritó. Incluso él lo sintió. Y se dio cuenta de que el grito por sí solo era suficiente para derribar dioses y diosas. Pero en una fracción de momento, se detuvo; como si alguien acabara de presionar el botón 'Silenciar'.

Y entonces, hizo su aparición.

A diferencia de Amón-Ra, Shiva vestía ropa tradicional sencilla. Pero fue su forma lo que lo sorprendió. Esta forma era casi tan grande como la del Gran Rojo. Y tenía cuatro brazos. El revés derecho sostenía su arma distintiva 'Trishula' y el revés izquierdo sostenía una bola de fuego de algún tipo. Y estaba haciendo señales con las manos usando las del frente. Pero lo que realmente llamó su atención fue la majestuosa serpiente que estaba encima de su hombro.

Shiva parecía más divino de lo que Naruto jamás lo había visto.

El ser cambió su forma y tomó una apariencia más parecida a la de un dragón. Luego volvió a cambiar de forma a la de una nube de tormenta. Parecía que estaba teniendo dificultades para mantener una forma… cualquier forma en este caso.

Lo que fuera que estuviera haciendo Shiva, lo estaba haciendo muy bien.

Y finalmente lo vio.

A diferencia de Amón-Ra y Shiva, cuyas formas se elevaban sobre planetas y estrellas, el Dios bíblico tenía el tamaño y la apariencia de un ser humano normal. Pero Naruto podía sentirlo; él era tanto, si no más, poderoso que sus compañeros dioses. Naruto no podía decir cómo se veía ya que estaba de espaldas a él y todo su cuerpo estaba envuelto en una cálida luz blanca.

La Cuarta BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora