Capítulo Cuarto

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- ¡Abre! - grita desesperado - es un tema necesario de conversar - comenzaba a cansarse - ¡Hwang Hyunjin!

No le responden, probablemente Hyunjin estaba descansando en las profundidades de su inmenso sueño. No era del todo cierto, solo que ignorar a su profesor era divertido.

- ¿Quién me invocó? - Hyunjin mira al frente, luego arriba, como burlándose de la estatura del castaño, tendría que bajar la mirada para verlo obviamente.

El rubio tenía las greñas desaliñadas, ya era algo tarde, alrededor de las 10 pm, se supone que deberían estar durmiendo ambos.

- Aquí abajo Hwang - esta vez, si escuchó y miró un poco el lado inferior dónde estaba Minho.

Este se traía una afelpada pijama de gatitos y las pantuflas de conejo acolchonadas que hacian un chirrido con cada paso que daba.

- ¿Kitty? - Hyunjin ladea su cabeza un poco, con los ojos somnolientos, igualmente se veía muy bien en ese estado - no es bueno que rondes por mi habitación a estas horas, suelo ser hormonal.

- No es como si quisiera hacerlo - la tensión no es bienvenida, y como Lee quiere quedar como alguien maduro por su edad, la ignora - debería pedirte un enorme favor - Hyunjin arquea una ceja - quisiera que lo del baño, no se lo digas a nadie.

Unos segundos de silencio por parte del menor que procesa la información y reacciona.

- Oh, ya.

Minho iba a seguir rogando hasta que sintió un alivio por esa respuesta.

- ¿En serio?, ¿¡lo dices de verdad!? - estaba tan esperanzado que los ojos le brillaron en demasía - muchísimas gracias, no eres tan cruel como creí entonces, pequeño niño - se retracta de cada pensamiento negativo que tuvo de Hyunjin.

- ¿Yo?, ¡claro que no! - Minho se ríe - me dueles Kitty.

Lee sonríe por todos los traumas que se le habían venido a la cabeza.

- Soy tan ingenuo que pensé que lo usarías para extorsionar a tu profesor - golpea su hombro ligeramente con gracia y riéndose de si mismo.

Minho hizo el ademán de regresar a su apartamento y Hyunjin lo agarró del brazo fuertemente.

- Bueno ya - lo detiene - dejémonos de bromas, si quiero tu coñito.

- Si ok, hasta maña- ... - no lo creyó hasta oirlo de su propia boca - ¿p-perdón?

En realidad fue Lee quien se congeló de lo aterrador que eso se oyó.

- Vamos, no te hagas el tonto - Hyunjin tiene otra cara, sus cejas se fruncen y sus ojos quieren atravesar los de Minho con la rara conexión de ambos o esa tensión en el ambiente - sé que me oíste perfectamente.

La seguridad con la que lo hablaba lo hacía estremecer, o tal vez, era lo que quería escuchar o ni él sabe la razón de esto.

- Y-yo no sé a que te refieres , n-no sé que me estás pidiendo - vulnerabilidad, lamentablemente Minho no cuenta con alguien a quien pedirle ayuda. Está solo en este lío en el que jamás pidió meterse.

- No quieras tomarme el pelo.

Su mirada, era la típica que te desnudaba el alma, como si leyera tus pensamientos, como si explorara en tus deseos más ocultos y supiera intimidarte.

Estaba acabado, por lo menos, se debió enterar alguien no tan odiable como Hwang, pero ya estaba hecho.

- No pensaste que lo iba a pasar por alto, ¿verdad?- Hyunjin se ve como si realmente odiara a Minho, no hay ningún tipo de empatía por su parte, hasta pareciese que se burla de cada una de sus desgracias.

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