Capítulo Décimotercero

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Una vez que terminaron de vestirse, Hyunjin se dispuso llevarlo a su departamento, le ayudó a pararse cuidadosamente.

— Tenemos que limpiar el piso.

Minho sacó pañuelos de los cajones de Taehyung y arqueó una ceja, seguramente no era la primera vez que limpiaban el lugar y se expedía un aroma a sexo del que no estaba tan satisfecho, del que quería largarse ya, digamos pues que la presencia del otro era de por si más que incómoda.

— Deja te ayudo.

Hyunjin terminó lo que estaba haciendo, tenía la cara decorada con una sonrisa y sus ojos brillaban de cierta carisma extraña que no había pasado por alto.

— ¿Nos vamos?

Asintió y tomó la mano de Hyunjin, este se encargó de que Minho apoyara la mayor parte de su cuerpo, su brazo pasaba por encima del cuello de Hyunjin y este lo cargaba con una mano en su cintura para que pudiera dar pasos.

Lo llevó para que sentara detrás de él en una moto negra. Le ofreció su casco.

—Iba a traer el auto pero mi madre lo ocupa hoy con su novio, lo siento.

Minho enmudeció, hizo una mueca como dando a entender que no pasaba nada con eso, Hyunjin se subió y le indicó a Minho que se agarrara bien a su cintura para que no se cayera con la fuerza de arranque. El humo de la gasolina le descolocó pero igualmente hio caso omiso. La brisa de la noche le hizo haber deseado traer un abrigo más grueso.

Hyunjin aparcó entrando apenas en el garaje, dejó su moto estacionada y trató de ayudar a Minho para que pudiera entrar lo más antes posible a su habitación y descansar.

Aunque este no decía mucho, se había quedado sin palabras los minutos anteriores y asentía conforme lo ameritaba la situación.

Eso se le hacía raro al menor, rompió el hielo.

— ¿Pasa algo?

Se atrevió a preguntar, aligerar las cosas para variar.

— No pasa nada — respondió e hizo el amague de abrir la puerta para adentrarse.

—Espera.

Y precisamente esa era una de las palabras que Minho no deseaba escuchar, se suponía que esto ya era todo, sentía un hormigueo recorrerle el cuerpo.

— Dime.

— ¿Fue consentido?, ¿o fuí muy insistente?

Minho apartó la mirada, sea lo que sea, no deseaba hablar o sacar a flote lo que realmente le pasaba por la mente.

— Fue …. — mordió su lengua — consentido.

— ¿Porqué?

— Por algo muy estúpido me temo. 

La mano de Minho buscaba la manija de su puerta.

— ¿Lo repetiremos?

— No lo sé,  ¿Me dejas dormir ya?

Hyunjin levantó sus manos en señal de rendición, su rostro le dió a comprender que le estaba dejando en paz, así que se dió la media vuelta dispuesto a entrar ya.

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⏰ Última actualización: Oct 16 ⏰

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