Capítulo Noveno

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Luego de desinfectar la herida y limpiarla como se debe, Minho aplicó un unguento y la cubrió con un vendaje sin tomarse la molestia de prestar atención a los quejidos de Hyunjin, solo rodó los ojos cuando este le protestó que fuera más amable. Guardó lo que usó de nuevo en el botiquín colgado en la pared de su baño y comenzó a desabotonar la camisa del rubio hasta quitarla de encima. Con un depósito de agua caliente y una toalla húmeda comenzó a secar su espalda, no podía bañarlo, además se encargaría de lavar la camisa con olor a vómito, hizo una mueca de asco al dejarla en un rincón, sobre un pequeño depósito.

— ¿Estás usando esto de excusa para tocarme?

Lee hizo una mala cara  como respuesta, le quitó el calzado, se giró y siguió enjabonando su espalda para secarla con la toalla humeda, temblando al ver su columna y aquellos músculos y los hoyuelos en la parte baja, su espalda era bien fornida y si tuviera la libertad de poder tocarla no la desperdiciaría, fue entonces que el menor se dió cuenta de aquello.

— Se está tomando su tiempo.

Minho reaccionó con verguenza, se levantó lo suficiente para ponerse delante suyo y tirarle la toalla encima sin echarle un vistazo a su rostro divertido, se posó delante de su pecho para humedecerlo, se encontró con la mirada de Hyunjin y mil alarmas sonaron en su cabeza que le exhortaban abiertamente a huir.

— Hazlo por tu propia cuenta — Hwang se vió desconcertado por lo dicho —  iré a calentar la comida, tu estómago gruñendo ha sido muy molesto.

Se apresuró en tomar su mano y llevarla hasta uno de sus pectorales, obligándolo a verlo directamente.

— Todavia no has terminado kitty. 

En esos momentos cruciales Minho luchaba por idear la excusa perfecta para salir huyendo a la cocina, su corazón latió tan rápido que deseaba escupirlo, y la mirada penetrante del menor le erizaba la piel de sobremanera, es así que siguió con lo pedido pero Hyunjin notó las manos de Minho temblando en el acto, lo cual resultaba un tanto adorable, sus ojitos se movían de un lado al otro y nunca lo encararon como tal, sus nervios eran tan evidentes tanto como su inestable respiración sonora.

— Creo que esto es todo, ¿me esperas?, iré por comida — anuncia con voz más tranquila, o simulando un tono sereno, hizo el ademán de irse.

Hyunjin se cruzó de brazos, sus hombros se vieron más anchos de lo normal y los biceps se flexionaban causando una ligera caída de saliva en la boca del mayor.

— Tranquilícese profesor Lee, actúa como si tratara de escapar de mí.

No me digas, no lo sabía”, pensó sarcásticamente,

— ¿Porqué haría eso?, no me has dado ningún motivo para hacerlo — se defendió con aquella máscara, dificilmente funcionaría con el menor.

— ¿Porqué?, ¿Quieres que te dé un motivo?

Minho no espero que su alumno se levantara como sea para atraerlo así mismo, cuando reaccionó cayó en cuenta de que se encontraba encima del regazo del menor sus ojos estaban fijos en el pecho del contrario y sus manos, cada una de ellas estaba apresada por las manos de Hyunjin, en consecuencia, su labio inferior tembló.

— No puedes hacer esto — dijo haciéndose el demandante, aún podía mantener su faceta estricta, pero poco a poco se iría resquebrajando.

— ¿Quién me lo impedirá?, ¿mhm? — pregunta con dejo burlón, sus ojos estaban fascinantes por cada gesto del mayor -inexperto- pero mayor en edad.

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