Cuando llegué al local mi jefe me recibió con una sonrisa y un nuevo folleto de rebajas, si pedías un café simple con cualquier otra añadidura, te llevabas un panecillo gratis.
Asentí ante lo que me explicó y él se despidió de mí con una sonrisa, dejándome las llaves del lugar para que cerrase, pues mañana era domingo y esos días la cafetería no abría... Era el único día que no podía verla a ella.
Vi la hora en el reloj, eran a penas las 12:25, ella no llegaría aún... Dediqué mi tiempo a leer el libro que me había regalado Irene, se trataba sobre una chica intentando resolver un asesinato, era interesante y me ayudó a distraerme.
Cuando vi la hora era la una con trece minutos, todavía faltaba para que ella llegase. Estaba nerviosa, pues ayer había sido el primer acercamiento importante que tuve con ella, así que hoy debía ir más allá, ¿no? Tal vez preguntar su nombre...
Tomé mi teléfono y comencé a revisar mis aplicaciones, ya las conocía y estaba aburrida de todos los juegos, así que el tiempo se hizo eterno cuando por fin sonó la campanilla.
Era ella.
Hoy tenía una camiseta negra con las palabras "God Is A Woman" escritas en blanco. Me recordó a la canción de Ariana Grande.
Y cómo siempre, llevaba esa chaqueta de jean.
- Buenas noches, ¿qué vas a pedir? - Pregunté, pero ella veía fijamente la madera de la barra.
- Un... Un café con leche y vainilla, tibio - dejó el dinero sobre la barra, a un lado de mi mano y se fue.
Tal como todos los días, ella se sentó en la mesa de la izquierda, viendo hacia la ventana... Me pregunto qué tanto veía por allí.
Preparé su café y recordé la nueva oferta de la tienda, así que antes de llevarle el envase de café, tomé un panecillo de pasas con chocolate y me dirigí hacia ella.
Dejé todo frente a ella, pero no me dirigió ninguna mirada... Tuve esperanzas de que al menos me mirase tras el acercamiento de ayer, pero seguía siendo la misma chica de siempre.
Volví a mi lugar y esperé a que leyese lo que había escrito en su vaso. Sonrió ligeramente y se volvió para verme, me sonroje otra vez, tal como ayer y ella me dedicó su sonrisa, tal como ayer...
No me di cuenta de cuando se fue, sólo escuché la campanilla de la tienda sonar, así que alcé la mirada para ver su cabellera castaña oscura salir del lugar.
Salí rápidamente de mi lugar detrás de la barra, ni siquiera llevé conmigo el trapo para limpiar la mesa, solo quería el envase de su café... Había algo escrito en él.
Primero, yo había escrito "Hey... Gracias por el cumplido, no me lo habían dicho". Luego, con una letra más refinada y femenina, ella había puesto "No es nada, por cierto, gracias por el panecillo... Pero soy alérgica a las pasas".
Era estúpido, pero abracé aquel envase con mi vida... Estaba feliz muy feliz, no tenía una idea clara del por qué, pero sabía que era por ella. No estaba rechazándome, ella me respondía, esto era como una conversación...
Y lo más importante, esa noche ella tampoco había llorado.
