🍥¿ᴷᵃᵗᵃᵒᵐᵒⁱ?|| Japarg 🍥

🍥cap 7🍥 (+ aviso)

"Demasiada comida, poco dinero"

Narrador omniscente♡

Hoy día, nuestros queridos latinos y asiáticos, iría a cenar a un elegante lugar. Un restaurante, como muchos otros quizás.
Ese lugar en dónde la gente rica se junta a tragar sus comidas de mierda con el meñique parado y sus rostros indiferentes.

ejem digo, tampoco es que ese restaurante era de 5 estrellas, tampoco eran millonarios, pero tenían la esperanza de cenar algo especial.

Que si, China habia decidido ir con ellos esta vez. Dónde haya comida, él aparecería, asi que ahi estaban los 3 asiáticos en el auto del más alto -o sea china-. Japón de copiloto y Corea en el asiento de atrás, molestándo al más bajo de los tres.

-[entonces.. ¿la ola si se llevó el castillo?]-

-[te dije que no quiero hablar de eso]-

-[¿por qué no?]-

-[porque no.]-

-[uwaah, dime una razón]-

-[vergonzoso...]-

-[ohh, ya veo... bueno si creo que dio un poco de vergüenza ajena, si yo hubiera estado ahi, quizás me habría volteado a no ver por la pena que dist-]-

-[CÁLLATE.]-

-[Corea, deja a Japón tranquilo, ¿a ti te gustaría que te recuerden tus errores?]- habló por primera vez el chino.

-[y claro, la proeza de un hombre es el aprender de un error, puesto que el error es la marca de la experiencia y la experiencia contempla el bienestar de un verdadero hombre]-

-[...]-

-[por favor deja de mirar tik tok, te está afectando aquí]-

Dijo China tranquilo, señalandose a su cabeza.

-[ya, ya entendi...]- respondió Corea como niño regañado

Japón sentía esos incómodos nervios como siempre, aun no habia decidido un buen plan para que se confesara, parecia que el mundo de ponía barreras.

Apoyó su cabeza contra la ventana, entrecerrando sus ojos suavemente. No podría confesarse esta vez, estarían todos demasiado juntos como para tener privacidad.

-[me han dicho que el restaurante tiene más de 2 pisos, asi que tiene unos bellos balcones en el lugar, pero eso no me importa a mi, con que haya deliciosa comida, eso me hace feliz.]-

Sonrió dulcemente y contento el chino, dejando sus ojitos como palitos.

Japón rió leve ante su comentario.
Era una buena idea, esos balcones estaban ahi para algo, era el destino.

La mente de Japón comenzó a maquinear, pensando en todo tipo de escenarios en donde podría decirle a Argentina cuanto lo ama.

Solo le faltaba algo de suerte.

(...)

En cuanto a los latinos, estaban ya de camino también al restaurante, todos juntos en el auto de México pero lo manejaba Chile ya que...

-no se pa que te comprai un coche que nisiquiera sabi manejar weon-

-yo no me lo compré wey, me lo regalaron- México estaba sentado en el copiloto

-¿regalado? A mi me suena a robado- habló el Colombiano, sentado en los asientos traseros junto con Argentina y Perú

-si, regalado, asi como tu jefa.- dijo ya algo enojado el mexicano