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Bill

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Corazón frío, mirada caliente, piel tibia y labios sin tacto. No he podido llegar a tocarlos, pero anhelo el día en que pueda hacerlos míos.

Te observo de lejos, te admiro de cerca. Mi negro corazón late por tu ausencia, pero mi frío cuerpo, te extraña como si alguna vez te hubiese tenido.

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Ni siquiera es necesario recalcar, ni explicar mis sentimientos hacia Amerie en este momento, es cosa de verme actuando como un idiota, escuchando cada una de sus historias sobre su vida antes del matrimonio, como si fueran lo más interesante del mundo. Bueno, para nosotros si lo era y aún más, que se le veía emocionada al contarlas.

El descanso que nos tomamos luego de estar declarando lo sucedido esa noche en las carreras, nos sirvió para ir conociéndonos mejor y de paso, tratar de pasar aún más tiempo con ella, que el tiempo acordado para la cita laboral. Es interesante conocer un lado de ella que no sea parte del trabajo y vaya, quien iba a pensar que sería una Amerie tan divertida.

— ¿En serio le robaste el teléfono a tu profesora de biología en la secundaria? Mierda, pensé que eras la típica responsable chupamedias de la clase.—
Bebí un poco de mi gaseosa, mientras cruzaba una de mis piernas por encima de la otra. Este espacio se había tornado muy agradable y solo espero que se mantenga así por mucho tiempo más.

— Hey, que yo también fui joven. No siempre fui la Amerie responsable que ustedes ven ahora.—

Responsable o no, yo solo veo a una hermosa chica, sexy y con unos ojos que me derriten por completo. No me importan sus demás versiones del pasado.

𝐒𝐓𝐈𝐗𝐇𝐖𝐎𝐑𝐓𝐄 | 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳 𝐓𝐰𝐢𝐧𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora