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Amerie

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Así es el juego y no puedo cambiar las reglas. Decidieron meterse con alguien que los deja en el suelo y creánme cariños, no me puede importar menos.

Ustedes escogieron, ustedes quisieron hacerlo y ahora no hay vuelta atrás. Abstraerse a las consecuencias se volverá su aliado, porque si piensan que podrán cambiar mis decisiones, solo pierden su maldito, e inservible tiempo.

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Estoy tratando de darle el mejor sentido a todo lo que ocurre en este insoportable mundo, tapado con la espesa neblina aterradora llamada confusión. La ansiedad que me entrega aquella duda y desconfianza, camuflada por la falsa intuición.

Pude haberme enterado antes, o pude haber sospechado desde un principio, que aquel sueño millonario y lleno de ilusión fantasiosa, en realidad sería un completo infierno, cubierto de mentiras y más falsedad de por medio. Debí suponerlo, el mundo está plagado de hipocresía, hasta el punto de casarte con una clara definición, oculta detrás de algo llamado "esposo."

La mañana fue divertida, los juegos previos al desastre me sacaron los pensamientos negativos de la cabeza y pude callar las repetitivas voces altaneras y de mal gusto que me atacaban con fuerza. Terminé llena de comida hasta la cabeza y utilizando ropa que no era mía, pero ya nada me importaba a estas alturas de lo nefasto.

— Vamos, cariño. No hagas esto y arreglemos las cosas.—

Dejé de meter el material importante que tenia en mi oficina, en esa caja que tarde o temprano utilizaría para marcharme de aquí, mirándolo fijamente y con mis llorosos ojos llenos de decepción. No imaginé que este día llegaría tan tarde, pero aquí me ven aceptando la realidad de las cosas.

𝐒𝐓𝐈𝐗𝐇𝐖𝐎𝐑𝐓𝐄 | 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳 𝐓𝐰𝐢𝐧𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora