Capítulo 23.
Las manos de Kasumi temblaron en un arrebato de pánico y excitación.
No quería, aun así su cabeza fue ladeándose curiosa a la vez que una sonrisa sobrenatural se extendía por sus mejillas. Y en sus ojos azules iba extendiéndose lentamente el color de la maldad...
Relamió sus labios nuevamente, saboreando la sangre humana y algo más. Pero Kasumi estaba tan asustada que impidió a sus piernas comenzar a caminar, su propio miedo paralizó de golpe su sistema nervioso y un rugido parecido a una risa histérica retumbó entre los confines de su cerebro.
Esa cosa tenía razón, su madre no podría escapar de la muerte, y entonces mantendría los ojos cerrados para siempre, su voz acabaría entre los silencios de la eternidad sin tener un ápice de importancia en el mundo terrenal y su alma estaría flotando sobre algo peor que el infierno. Kasumi por su parte, obtendría unas manos asesinas, inquietas, desesperadas por quitar otra vida sin sentir remordimiento. Únicamente con la satisfacción desbordando en cada centímetro de piel.
Sayuri mantenía la respiración calmada, una máquina a su lado lo confirmaba, pues ni siquiera sabía lo que sucedía, o al menos lo que pronto sería de su alma. Ver su rostro tan tranquilo le arrancó un grito aterrador a Kasumi que jamás logró salir de su garganta, pero le quedó ardiendo segundos después. El más grande horror poco a poco fue inyectándose en sus venas y sin ser consciente abrió los ojos como platos. Sabía ya cuál sería el cruel destino de su madre enferma, y ella tendría boletos en primera fila.
Los olores del plástico y las medicinas, característicos de aquella triste habitación, le revolvieron el estómago. Varias veces sintió el desayuno subir y bajar por su esófago, pero en la última arcada que tuvo no expulsó el típico vómito, sino una gran cantidad de sangre que pronto manchó las sábanas blancas que arropaban la frágil vida de su madre.
Y su apetito se abrió súbitamente...
Los últimos tres meses no había estado comiendo adecuadamente, por lo que su cuerpo se notaba más delgado y su rostro más desmejorado, pero tampoco salía de su habitación ni dormía del todo bien. Además se autolesionaba a cada oportunidad viable porque quería mantener callada aquella voz ajena y escalofriante que le ordenaba matar. Por lo general terminaba desmayándose sobre los fríos tablones de madera durante horas, nadie se percataba pues su reciente alejamiento del mundo no le daba ningún mísero lugar a la imaginación o a la preocupación. El clan Takemure estaba al tanto de que tan abrumador podían llegar a ser los días contiguos a la ceremonia. Quizá estaban acostumbrados a ese tipo de reacciones.
O tal vez, sólo tal vez, todos esperaban aquel comportamiento del último legado de Takemure Sayuri.
Shun y Souta parecían ser los únicos preocupados por el estado actual de su pequeña hermana. El primero lo demostraba más que el segundo, lo que hacía que todos le miraran como si estuviese loco y negaran en su dirección con un suspiro cansino, sin embargo, nunca le importó la opinión de los demás si él no la había pedido antes.
Continuamente dejó de asistir a sus turbias reuniones, Ryo lo reprendía tras llegar a casa y encontrarlo recargado contra la puerta de la habitación de Kasumi esperando a que ésta abriera; le enfurecía no verlo hacer sus obligaciones pero si perdiendo el tiempo como un crío caprichoso. Shun terminaba ignorándolo, de igual forma ¿él qué sabía acerca de lazos familiares si siempre odió a la suya?
Al mismo tiempo fue olvidándose de sus responsabilidades tanto con el clan como con la aldea de la arena, lo cual sólo incrementó sus problemas y las riñas le llovieron por todos lados. Claro está que a las únicas que le devolvían al mundo real y lograban hervirle la sangre eran las de Jin, porque a cada oportunidad sacaba a colación el tema respecto a Kasumi, y nada lo enloquecía más que escuchar a su padre hablando sobre su hermana como si ella fuese una vida sin importancia. Pensó que ni los marionetistas hablaban así de sus marionetas, y eso que estas no poseían un corazón noble latiendo a la par del suyo.
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La shinigami de Akatsuki
FanfictionSer conocida como "La shinigami del invierno" no estaba en los planes de Kasumi Takemure, una ninja de la aldea de la arena, de la cual la echaron a temprana edad para que viviera como ninja renegada a causa de sus múltiples 'crímenes' atroces y por...