7 || El Último Adiós

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Narrador omnisciente 

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Narrador omnisciente 

El cielo estaba teñido de tonos anaranjados y rosados mientras Alice caminaba por la playa. La brisa marina acariciaba su rostro, y el sonido de las olas rompiendo en la orilla parecía consolarla. Los recuerdos de su último encuentro con Aidan la atormentaban, y no podía evitar sentir un nudo en el estómago cada vez que pensaba en él.

Había pasado un año desde su última conversación. Un año desde que Aidan había tomado la decisión de alejarse de su vida. Y aunque el tiempo había seguido su curso, Alice seguía sintiendo un vacío en su corazón que no lograba llenar.

Se sentó en la arena, mirando fijamente el horizonte. Cerró los ojos y dejó que las lágrimas recorrieran sus mejillas, recordando la última vez que lo vio. Fue en esa misma playa, al atardecer. La brisa era suave, y Aidan la había abrazado con fuerza, como si nunca quisiera soltarla.

—¿Qué te preocupa, Aidan? —preguntó Alice mientras sus cabezas se inclinaban una hacia la otra. Sus ojos se encontraron en un abrazo silencioso.

Aidan suspiró, acariciando el cabello de Alice. —Nada, cariño, solo... siento que necesito alejarme por un tiempo. Encontrarme a mí mismo, descubrir quién soy realmente.

Alice lo miró con preocupación en los ojos. —¿Y qué significa eso para nosotros?

Aidan la apretó más fuerte en su abrazo. —Significa que necesito hacerlo solo, por ahora. Pero quiero que sepas que te amo más de lo que puedo expresar con palabras. Esto no cambia lo que siento por ti.

Mientras el sol se ponía, compartieron risas y secretos, y prometieron que su amor sería eterno. Pero algo en la mirada de Aidan le había inquietado, una sombra de tristeza que no pudo comprender en ese momento.

Cuando el sol se puso, Alice le dio un último beso. Fue un beso cargado de amor y despedida, aunque en ese momento no lo supo. Aidan se alejó de la playa esa noche, dejando atrás a Alice y a todo lo que habían construido juntos.

Alice se secó las lágrimas y se levantó. Era hora de dejar atrás el pasado y seguir adelante. El dolor de su ausencia seguía presente, pero no podía permitir que la tristeza la consumiera.

Caminó por la playa, recogiendo conchas y observando las gaviotas que volaban en círculos en el cielo. A medida que avanzaba, el sol comenzó a descender lentamente en el horizonte. Alice sintió que era un momento simbólico, un adiós a lo que una vez fue.

Al llegar a un pequeño acantilado, Alice se detuvo y miró hacia el mar. Cerró los ojos y susurró unas palabras al viento. —Te amo, Aidan —murmuró en voz baja. —Aunque estés lejos, siempre estarás en mi corazón.

Una brisa cálida acarició su rostro, como si fuera un susurro de respuesta. Alice sonrió, sintiendo que de alguna manera, Aidan seguía presente en su vida. Tal vez no en persona, pero su amor y los recuerdos que compartieron perdurarían para siempre.

Alice tomó una concha que había recogido y comenzó a escribir en la arena. "Nuestro último beso fue un adiós, pero también un comienzo," escribió. Luego, se levantó y miró el mensaje escrito en la arena mientras las olas lo borraban lentamente.

Mientras el sol se hundía en el horizonte, Alice supo que era hora de seguir adelante y permitir que el futuro le trajera nuevas aventuras y oportunidades. Aunque su último beso con Aidan había sido un adiós, también marcó el comienzo de un nuevo capítulo en su vida, uno en el que aprendería a sanar y a amar de nuevo.

La canción de su corazón resonaba con las palabras que había escrito en la arena, y sabía que algún día, esas palabras encontrarían su camino a través de una melodía, una canción que contaría su historia de amor y despedida. Porque, a veces, el amor más profundo y eterno se encuentra en el adiós más doloroso. Y mientras escribía estas líneas en su mente, Alice supo que estaba escribiendo una canción, la canción de su corazón.

 Y mientras escribía estas líneas en su mente, Alice supo que estaba escribiendo una canción, la canción de su corazón

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One Shots || Aidan GallagherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora