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¿Realidad? • • • • • • • • • •
Ambos chicos, tenían tantas cosas en la cabeza, preocupaciones y estrés, ¿Cómo unos chicos de tan solo 18 años van a tener tanto estres? Sabemos cómo es la sociedad, una mierda.
Bill Kaulitz, el popular de él colegio ya saben el típico chico que se siente inalcanzable —Y si lo es— tal vez no es lo que aparenta ser, solo siente presión social.
Lisa Ashford, pocos amigos, siempre a dicho que los hombres son una mierda pero, para ella, Bill es la exención, pues ha sido su amor platónico desde hace mucho pero Bill no si quiera voltea a mirarla.
Los dos chicos salieron en busca de alcohol y si lo consiguieron en una fiesta bastante grande.
Ambos se sentaron en los asientos de la barra de alcohol, a una larga distancia, ambos empezaron a tomar cómo si el mundo se fuera a acabar.
Ambos se encontraban mareados, Bill se acercó a una chica, muy linda para su gusto
“¿Ya me había visto? ”
—Hola—Dijo sentándose a la par
—Hola—Respondió la chica sin mirar
—¿Cómo te llamás?—
—Lisa, ¿Y tú?—De igual manera seguía sin voltear
—Bill, Bill Kaulitz—
Al momento que Lisa escuchó ese nombre volteó a ver
—¿Bill?—
—Si Bill—Este sonrió—¿Ya nos habíamos visto en algún lugar?
—No lo creo—Negaste
—Dijiste qué te llamabas Lisa ¿Lisa qué?—
—Lisa Ashford—
—Si vas en la misma Universidad que yo, te he visto algunas veces pero, ninguna ves te hable—
—¿En serio?—
—Si, he notado que te encanta escuchar música y ver el agradecer muestras lees—
—Wow Bill, si que me observas—Sonreíste
—Solo veo lo que me gusta o me parece interesante—
Se quedaron charlando mientras bebían, pero después de un rato Bill estaba ebrio, tú estabas un poco consiente.
—Oye ¿Te han dicho que eres linda—Te tocó la mejilla
—No, eso creo—
—Bueno, pues eres muy muy linda—
Bill se veía bastante ebrio, tú estabas un poco consiente
—Gracias—Le sonreíste
Poco a poco Bill se empezó a acercar
No lo podías creer tu amor platónico primero se acerca a hablarte y después estaba a punto de besarte, un sueño.
Viste sus labios, se veían tan suaves.
Empezaste a cerrar tus ojos y a abrir tus labios.
“Me beso, y aunque yo sabía que lo nuestro no tendría futuro, correspondí a ese beso cómo si de verdad nos fuéramos a querer cómo algo más qué solo aquel momento”
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