𝑩𝒊𝒍𝒍 𝑲𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛 ⁷⁴

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En el tiempo perfecto •••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

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En el tiempo perfecto
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Bill y Ava estaban sentados en el balcón del hotel en Tokio. Era de noche, pero la ciudad aún brillaba como si no quisiera dormir. Llevaban un año de relación , un año intenso, mágico… pero últimamente también difícil.

—Te ves hermosa cuando estás en silencio —dijo Bill, mirándola de reojo, con una sonrisa suave pero triste.

Ava soltó una pequeña risa pero no respondió. Tenía el corazón apagado. Él lo notó.

—¿Estás pensando lo mismo que yo? —preguntó Bill sin rodeos.

Ella asintió, apenas.

—Sí, pero me duele aceptarlo.

La relación no estaba rota.

Todavía se querían.

Pero los silencios ya no eran cómodos como antes. Las prioridades habían empezado a chocar.

Bill estaba sumergido en la gira, en las entrevistas, en componer a las tres de la mañana.

Ava necesitaba más anclaje, más presencia. No eran enemigos.

Solo... no eran lo que el otro necesitaba ahora.

—Siento que si no terminamos ahora —dijo Ava, mirándolo a los ojos— vamos a empezar a hacernos daño sin querer.

Bill asintió con tristeza.

—Y prefiero recordar todo lo bonito. Prefiero que cuando escuche una canción tuya, me duela bien. Con nostalgia, no con rencor.

Se abrazaron largo rato, sin decir más.

«¿Esto es un adiós definitivo?»

Días después, en el show en Berlín, Bill estaba sentado en silencio, repasando las letras en su libreta tenía los auriculares puestos pero no escuchaba música solo necesitaba aislarse por un momento.

Tom se le acercó, dejándole una botella de agua.

—¿Estás bien?

—Estoy aprendiendo a estarlo —respondió Bill, sin levantar la mirada.


Gustav y Georg evitaban mencionar el tema, sabían que no había sido una ruptura dramática, pero sí muy real.

Alin, la mejor amiga de Ava, le había contado que ella estaba bien, aunque lloraba cuando veía fotos viejas.

Que todavía lo escuchaba cantar. Que todavía lo amaba.

Pero también estaba aprendiendo a dejarlo ir.

E

sa noche, frente a miles de fans, Bill subió al escenario.

Las luces lo envolvieron, pero su mente estaba en otra parte. Entre canción y canción, hizo una pausa.

—Quiero dedicar esta próxima canción a alguien que fue muy importante para mí —dijo, tomando el micrófono con ambas manos—A veces el amor no se va, pero la vida sigue igual, y uno tiene que saber soltar sin odiar… sin olvidar. Ella me enseñó eso.

Hubo un silencio corto. Algunos fans gritaron el nombre de Ava, otros simplemente escucharon con respeto.

—Donde sea que estés, Ava… esto es para ti.

Y entonces comenzó a cantar. Su voz tenía grietas.

Porque cuando uno canta desde el corazón roto, la verdad suena más fuerte.

Ava vio ese momento en un video al día siguiente.

Lloró en silencio, abrazada a una sudadera suya que aún no había tenido el valor de devolver.

Sonrió entre lágrimas.

Porque sabía que, aunque no terminaron juntos, terminaron bien.

Y no todos tienen ese privilegio.

Y así, separados pero en paz, Bill y Ava siguieron con sus vidas, con la promesa silenciosa de no odiarse, de no olvidar, y de llevar ese amor como lo que fue algo verdadero, aunque no eterno.







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Twins Kaulitz OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora