𝑻𝒂𝒌𝒆 𝒐𝒇𝒇

909 64 25
                                    

—¿Qué es lo que dice?—

—Lo que usted escucha, presidente. No hemos podido hacer nada para interferir y me temo que  hemos perdido a uno de los nuestros..

—¿Nakajima falleció?—preguntó incrédulo, apoyándose sobre su escritorio con la mano en la cabeza.

Fukuzawa tenía un aprecio por aquel albino, saber que corre riesgo lo ponía muy estresado.

—Eso es lo que pude deducir, quiero decir..—se acomodo los lentes antes de seguir—perdimos rastro alguno desde que se infiltro a la Port mafia. lo lamento, pero-

—Tenemos que recuperar su cuerpo por lo menos, si uno de los nuestros falla en la misión que le encargamos es nuestro deber honrarlo. Pero no me queda otra opción que...—no pudo terminar la frase pues dudaba de decirlo.

—Yo iré a por el tigre, ¿verdad? Ja, ja.. no se preocupe presidente—le señalo con el dedo índice—Volveré a la agencia como siempre.

No lo podía negar, todas las veces que Ranpo era enviado a una misión este volvía ileso, por lo que soltó un suspiró y le replico sin perder la tranquilidad:

—Confío plenamente en que enviarás señales después de infiltrarte como uno de los suyos, hasta entonces les diré a los demás que te mandé a hacer un encargo con Fukuchi.

—Si, si—se fue acercando al margen de la puerta, listo para marcharse—Ah, y otra cosa presidente.

—¿Uhm?—dijo sin levantar la vista, con los codos apoyados en el escritorio.

—Si algo me llegará a suceder mande a Dazai a buscarme,—le dijo sombrío, pero cambio rápidamente de facción a una más suave, como antes.—¡eso sería todo lo que tenía que decir, bye bye!.

—¡eso sería todo lo que tenía que decir, bye bye!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

[...]

Desde luego, Ranpo tenía miedo de que lo reconocieran por su estatus social, por lo que decidió disfrazarse con unas ropas diferentes a las suyas pero sin excluir a sus inolvidables gafas. Antes de salir de su cómoda habitación, decidió tomar una paleta de su frasco de dulces que semanalmente Fukuzawa le entregaba y pensar en que dulce comería durante su estadía en la Port Mafia.

Yokohama era una ciudad magnifica en todos los sentidos, pero por la noche la Mafia reinaba sobre todos los lugares y era ahí donde debía dirigirse a toda costa. ¿Pero cómo lo lograría?, Ranpo tenía en mente fingir otro oficio, así no lo reconocerían fácilmente o lo encararían.

En cuestión de minutos, después de una larga caminata, llegó a una de las puertas de la empresa y noto que no había nadie que le impidiera el paso hasta que..

Se escucharon pasos venir hacía donde estaba, a toda prisa.

—¡Akutagawa, espéreme!—una mujer de cabellos rubios parecía tener mucha prisa, se lamento por un momento de no poder seguirle el paso pero se percató de los ojos que la contemplaban.

𝕊𝕖𝕔𝕣𝕖𝕥𝕤.「ℛ𝒶𝓃𝓅𝑜𝑒」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora