Prefacio :
Al final fuimos como la Luna y el Sol en un eclipse..."únicos y hermosos pero no eternos"
Prólogo :
Observo como presionan el cuchillo sobre su cuello y una fina línea de sangre sale de él.
—¡Por favor¡ —ruego nuevamente mientras respiro agitada. Ellos se limitan a sonreír con burla.
—¿Por qué deberíamos parar, dulzura? — inquiere con falsa inocencia uno de ellos.
El mote me asquea trayendo recuerdos indeseados.
—Soy yo a quien buscaban, ¡ya me tienen¡ —desesperada muevo mi cuerpo sobre la silla— Hagan conmigo lo que quieran... pero... él no tiene nada que ver en esto.
Me sonríe con malicia y aprieta con más fuerza el cuchillo sobre su cuello, avivando mi miedo.
—Oh querida, si te comportas así le quitas lo divertido al juego —protesta —Dejanos divertirnos con él —se acerca a mi oído —Ya después le seguirás tú, dulzura.
El aire se me atasca en el tórax, la angustia me obstruye la garganta, mientras una lágrima baja por mi mejilla cuando busco su mirada con miedo.
«No pueden arrebatarmelo a él también»
Mis ojos se desvían sin poder evitarlo, abiertos de par en par, mostrando el miedo y pánico que ellos albergaban. Con una inhalación temblorosa miro el cuchillo que se desliza sobre sus brazos creando cortes rectos y profundos hasta la muñeca que me ponen a tragar saliva con la inmensa cantidad de sangre que sale de ellos. Observo al hombre encadenado sintiendo como mi pecho se contrae con la mueca y el dolor reflejados en su rostros.
No puedo contener mi propio grito.
—¡Déjenlo en paz! —siseo en vano.
El más grande viene hacía mí tomándome del cuello, apretándolo a tal punto que me deja sin aire.
—Shh, dulzura, no querrás despedirte de él tan pronto ¿Verdad? —susurra en mi oído y el fétido aliento llega a mis fosas nasales—¿Verdad?
Repite cuando no contesto.
Asiento como puedo con el miedo creciendo en mi estómago. El hombre frente a mí comienza a desaparecer cuando veo puntos negros apareciendo en su lugar y el grandulón lame mi mejilla. Una arcada me contrae la tráquea cuando su asquerosa lengua toca mi seca piel.Abro la boca buscando aire, pero solo saboreo el amargo sabor de la muerte a solo metros de distancia de mi dañado y sucio cuerpo.
Afloja el agarre en mi cuello. Aspiro una bocanada de aire de inmediato. Intento buscar al hombre frente a mi pero el asesino se posiciona de tal forma que me impide la vista con su cuerpo.
—¿Sabes? —rie en mi oído —La mafia tiene una forma muy cruel y divertida de jugar. Y pienso emplear todos los métodos que existen en el cuerpo del hombre que tanto amas. Te obligaré a ver cómo mis hombres lo torturan, como lo abren y sacan sus órganos, como lo cortan en pedazos y se lo dan de comer a mis mascotas. Te obligaré a ver con esos exóticos y bellos ojos como el cuerpo del hombre que quieres es reducido a cenizas.
Se aleja dándome una sonrisa cruel y una mirada de advertencia. La amenazada me pone a sudar y a pasar saliva cuando el miedo me encoge el estómago en un guante cuando me permito por primera vez estudiar su aspecto. El cuerpo del hombre aparece y junto con él unas inmensas ganas de llorar frente a la imagen que mis ojos absorben pensando en que podría ser la última.
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En Ruinas y Cenizas (#1)
Romance¿Quién asegura que la tristeza no puede ser eterna? ¿Acaso existe en el mundo algo capaz de hacernos olvidar todo nuestro dolor? ¿Será posible levantarnos un día y no tener que fingir sonrisas? ¿Algún día podremos deshacernos de nuestras pesadillas...